En materia electoral, México vive un proceso de regresión. Camina hacia el estado de naturaleza. La salvaje competencia por unos 2 mil puestos que la clase política se disputará el próximo domingo, ha sido, es y será una guerra de todos contra todos. Los comicios son apenas un capítulo. La siguiente fase será entre ellos y, juntos, en connivencia, contra las sociedad.

La ley de la selva que se da en nuestra “democracia”, deriva de la inaplicabilidad de la norma. Es letra muerta. La burlan partidos y candidatos en todo grado y modalidad. Las autoridades electorales, impugnadas y desacreditadas, son incapaces de someter a algún criminal. Todos pasan por encima de ellas. Se reedita el delito. Se recrea la impunidad.

La lucha entre aspirantes a puestos electivos no se da en el ámbito de las ideas, del debate. Se libra ferozmente en los medios de comunicación, el espionaje, la denuncia, la calumnia, la exhibición de todas sus ruindades, el homicidio.

El (de)spot(ismo), que esta vez se hizo sentir con 37 millones 258 mil 272 “promocionales”, no alentó el interés colectivo por participar en la política. El escepticismo colectivo frente a la renovación de la clase gobernante es justificado. Los mismos, llegarán a lo mismo.

Los candidatos a nueve gubernaturas, 887 alcaldías, 500 diputaciones federales, 598 diputaciones locales y 16 delegaciones en el DF postulados por 10 partidos, gastaron mil 974 millones de pesos. Legalmente.

Mas por los antecedentes, es de suponer que muchos de ellos recibieron dinero negro y adquirieron compromisos con quienes los financiaron. No sería desproporcionado sugerir que, vía las urnas, el crimen organizado tendrá esta vez su cuota “legal” de poder.

Con el voto más caro del mundo, que roza los 20 dólares, contra los 20 centavos de dólar que escasamente cuesta en Argentina, México es una democracia de políticos ventajosos, en su mayoría, y de resultados extremadamente pobres.

Muchos de ellos hacen cada vez menos por la gente. Los problemas de ésta se agravan y se multiplican. Su inconformidad gana las calles.

Los costos de nuestra forma de gobierno “popular” sólo sirve a una clase ociosa, onerosa y mañosa. Salvo excepciones, no hace nada por la colectividad. Gana fortunas y apela a todas las tretas para mantenerse vigente. Va de partido en partido sin ningún rubor.

La búsqueda de dinero abundante y fácil, su único móvil, la dejó sin ideología, principios, programas, ética y vergüenza. Como en muy pocos países, en México políticos y partidos de todos los colores, juntos, se volvieron contra la población, de la que hoy, más que nunca, se encuentran distanciados. Son uno de los grupos más despreciados.

A eso contribuye la parte económico-operativa-judicial que los sostiene: El INE, la Fepade, el TEPJF. Aquél, con 13 mil 217 millones de pesos para este año, reparte el dinero de los contribuyentes a manos llenas entre los partidos. En total, les entregará 9 mil 312 millones en 2015. Éstos, haciendo lo que todos sabemos. ¿Para qué?

Para que mantengan e incrementen su presencia, poder y dominio sobre una ciudadanía en estado de absoluta indefensión, “creyendo” en la “democracia”, cuando tiene enfrente una oligarquía de mafiosos.

SOTTO VOCE… Juan Ramón de la Fuente y José Narro Robles, ex secretario y ex subsecretario de Salud; ex rector y rector de la UNAM, médicos; humanistas vinculados como pocos a la educación, convencidos de que ésta es la única herramienta para evitar que México se siga hundiendo, dueños de ideas y propuestas concretas para aportar a su salvación, serían una extraordinaria opción como relevos de Emilio Chuayfett en la SEP. Un funcionario de primerísimo nivel los sugirió como alternativa, se confió a este espacio. Pero otros habrían saltado de inmediato y uno de ellos descalificó “esa mafufada”. Además, dejaría en claro: “Emilio se fue. La vacante ya está reservada. Ya tiene ‘dueño’. Pronto se sabrá su nombre”. El comentario se complementaría con el dato de que el ex gobernador del Estado de México no ha podido hablar con el Presidente, que dejó su oficina desde hace varios días, sacó sus pertenencias, y que en su casa de Toluca, espera la orden para presentar su renuncia, que ya tendría redactada.

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@mariobeteta

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