Pocos lo esperaban. Muchos lo dudaban. Pero contra viento y marea y pronósticos adversos, el presidente Enrique Peña Nieto comenzará su cuarto año de gestión con toda la fuerza que caracteriza a los jefes del Estado priístas desde siempre. Tiene margen, tiempo y poder para empezar a diseñar su sucesión.

“Es el momento de que haga reacomodos en su gabinete. Tiene todos los factores y las variables bajo control. Todos los hilos están en sus manos. Con eso, puede considerar el (su) futuro con cierta tranquilidad”, comenta una fuente muy cercana a la toma de las grandes decisiones.

En efecto, después de un arranque espectacular con el Pacto por México, que a la postre posibilitaría las reformas estructurales, estallaron y/o se agudizaron los problemas: Tlatlaya, Ayotzinapa, el conflicto de intereses inmobiliarios, inseguridad, violencia, crisis económica. Baja en la aceptación de su gobierno.

Esos y otros factores, auguraban un escenario catastrófico para las elecciones del 7 de junio. Empero, estas se dieron en un clima de paz, orden, respeto y participación. La sociedad rechazó el sabotaje y la violencia. El PRI ganó una parte importante del poder que estuvo en disputa. Afloraron las candidaturas independientes.

La mayoría que tendrá con su partido en San Lázaro, junto con sus aliados, le permitirán impulsar los grandes pendientes, aprobar el Presupuesto de 2016, mantener el rumbo del país y probar que su reformismo tenía razón de ser. Podrá entregar parte de los resultados que prometía. De hecho, ya se empiezan a ver en el rubro económico.

Con valor e inteligencia, rearmó el rompecabezas que parecía el país hace algunos meses. Lo reordenó, lo realineó, lo reorientó a toda costa y a todo costo, aunque eso implicó en su momento el desgaste de algunas de las piezas fundamentales de su gabinete. Necesita un recambio.

“Es necesario. Sería oportuno, sano y pertinente. Sería una decisión que lo fortalecería enormemente. Lo exhibiría en toda su dimensión política. Le serviría para mantener ‘quietos’ a todos los ansiosos y para perfilar a su eventual sucesor… Y si tenemos que irnos (“lo digo por mí”), no sería más que con agradecimiento y lealtad, señala el mismo personaje.

“Como te he dicho —agrega— los relevos tendrían que ser en el primer nivel. No se trata de descartar o de encartar a nadie. Todos están (“estamos”) a la vista. La decisión sobre quién se va, se queda o cambia de función, corresponde sólo al Presidente”.

—¿Tendría “dedicatoria” la reubicación o ratificación de algún personaje para 2018?, se le pregunta.

—La ratificación podría significar todo y nada. La reubicación podría ser “una finta”. Hay que ver. Lo que sí te puedo asegurar es que, con el aplomo y la prudencia; la visión y asertividad sobre las que el señor Presidente ejerce el poder, su gran decisión será por México, los mexicanos, la democracia y la Historia. Mirando a eso, simple y sencillamente… no se puede equivocar.

SOTTO VOCE… Jaime Rodríguez, El Bronco, habría levantado el índice de su mano derecha. Lo habría puesto a la altura y cerca de la cara de su inminente, próximo antecesor, Rodrigo Medina. Apretando la mandíbula y con la franqueza y el valor que lo caracterizan, le habría advertido: “Te voy a investigar… Y si te encuentro algo, ¡te chin…!”, asegura un testigo del encuentro privado que protagonizaron el gobernador casi entrante y el casi saliente de Nuevo León, esta semana. Si cumple y encausa también a su padre, Humberto Medina, cumpliría con uno de los ofrecimientos básicos de su campaña que lo llevaron al poder y se echaría en la bolsa a millones de ciudadanos. En público, uno y otro guardaron todas las formas… El autodestape de la panista Margarita Zavala para la lisa presidencial de 2018, como es normal, ha generado reacciones en favor y en contra. Los números que dejó su esposo, Felipe Calderón, con su guerra contra el crimen organizado se le han empezado a echar en cara. Si su inteligencia, preparación y experiencia le dan para sortear ese tema en lo inmediato, se perfilará con grandes posibilidades hacia la postulación. Aunque su posible triunfo sea otra cosa… ¿Dejará el PRI, por causas distintas al voto, que se le escape la gubernatura de Colima?.. Jorge Carlos Ramírez Marín se enfila hacia el liderazgo de la fracción del PRI en la Cámara de Diputados. El yucateco ha demostrado con mucho que es la mejor opción, por contraste con un César Camacho Quiroz desgastado, desacreditado y desubicado. Haría un gran papel, máxime si su subcoordinador fuese, como se espera, David López Gutiérrez.

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@mariobeteta

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