México ganó sin problemas en el inicio del camino a Rusia 2018 bajo la dirección de Juan Carlos Osorio, quien seguramente se llevó más apuntes con el plumón azul que con el rojo ante la poca oposición que mostró El Salvador, un conjunto que sólo intentó no ser goleado al llegar con una selección armada al vapor, marcada por las bajas causadas tras las protestas por el pésimo apoyo de la federación salvadoreña.

A pesar de que el marcador debió ser más abultado, el cuadro mexicano tuvo una actuación que calificaríamos como buena, con palomita de color azul. México se fue al abordaje desde que arrancó el partido y se encontró con la ventaja gracias a la calidad técnica de Andrés Guardado, quien abrió el duelo con un tiro libre en el minuto 7. De esta forma, el equipo no sólo pudo tomar las cosas con tranquilidad, sino romper cualquier intención del rival para ensuciar el juego y con el paso de los minutos desesperar a los mexicanos.

Es bueno ver a Andrés Guardado como líder y conductor en la toma de decisiones tanto afuera como dentro de la cancha, con una gran capacidad para repartir el juego. También dio gusto ver algunos debuts en eliminatoria mundialista, como la seriedad de Luis Fuentes por el lateral izquierdo, el desequilibrio de Jesús Corona en los duelos individuales, las constantes variantes y diversos dibujos tácticos; la posesión de la pelota en el campo rival y el gol de Carlos Vela. Lo malo está en la falta de contundencia, las imprecisiones en el último cuarto de cancha, la posición de algunos elementos, sobre todo Miguel Layún, quien lució desarticulado por derecha.

Ahora será interesante ver el plan de juego para enfrentar a la complicada selección de Honduras en su casa, que viene herida tras perder como visitante en el debut ante Canadá. Será un partido de alto riesgo, porque se ha calentado con los comentarios del colombiano Jorge Luis Pinto, quien desde hace algunos días intenta de manera astuta subir las pulsaciones con el objetivo de motivar el ánimo de sus jugadores, fortalecer el apoyo de la gente e incluso condicionar al arbitraje.

En conclusión, entiendo que cada técnico intente sacar provecho de sus condiciones como local para mermar a los adversarios y obtener ventaja en una competencia muy larga, en la que se juega mucho a nivel deportivo. Pero esperemos que más allá del deseo de ganar impere el sentido común y la no violencia, se mantenga la compostura dentro y fuera del estadio para que no se repita lo sucedido en ese triunfo de cuatro a uno en Tegucigalpa, cuando vivimos una experiencia peligrosa en la eliminatoria rumbo a Estados Unidos 1994; hubo golpes, heridos y hasta muertos, por lo que estuvimos refugiados en el estadio más de tres horas, resguardados por militares.

elcapiespana@gmail.com

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses