El 20 de enero de 2017, será recordado como el fin oficial de los 8 años de mandato del primer presidente afroamericano de la historia de los Estados Unidos, sin embargo su revolucionaria forma de comunicarse se reflejan en una de las marcas más poderosas del mundo; OBAMA.

El camino a su consolidación consistió en miles de horas de trabajo, en la implementación efectiva de los nuevos recursos tecnológicos y fundamentalmente en innovar la forma de hacer política.

Barack Obama y su equipo de colaboradores comprendieron que los tiempos exigían darle un toque distinto a la imagen del político y optaron por usar las virtudes humanas del ex primer mandatario para aproximarlo a los norteamericanos comunes.

Explotó su diferencia racial como un importante activo, pues le permitió identificarse no únicamente con la comunidad afroamericana, si no con los latinos y ciudadanos de distintas latitudes del mundo, recordando que EU es el máximo exponente de diversidad cultural en el mundo.

Su esposa desempeñó un papel estratégico y protagónico, pues no fungió únicamente como la esposa y primera dama, Michelle logró atraer la simpatía de millones de mujeres norteamericanas con discursos y acciones a favor de la equidad de género, del feminismo, la defensa de los derechos humanos y la promoción de la participación activa de éste sector en la toma de decisiones del país.

La elección presidencial de 2008 marcó la pauta para la explotación sustancial de las redes sociales, la política 2.0 como mejor es conocida asentó el terreno del éxito rotundo en dos pilares; el seguimiento continuo con los interesados en el proyecto del entonces candidato y la atracción de un sector que muchos políticos habían descuidado “los jóvenes” convirtiendo a los seguidores de Obama no sólo en simpatizantes de un proyecto , los transformó en promotores vehementes de sus ideas, así lo plasmó Barry Libert en su obra Obama,Inc (2009).

Pero el éxito de Barack no puede reducirse al asombroso trabajo de marketing político ejecutado en sus dos campañas, el éxito de Obama se construyó día a día con su comunicación.

Se convirtió en el referente mundial de la oratoria, pues no bastaba con la inmaculada estructuración argumentativa de sus discursos apoyado en un extraordinario equipo de asesores, el mayor atractivo de las alocuciones de Obama era la emotividad que transmitía en su voz, mirada y gesticulaciones precisas que lograban conectar con las masas, en resumen su calidez y carisma.

La calidad humana proyectada por el político quedó reflejada en cientos de imágenes con empleados de la casa blanca, militares, artistas, deportistas, activistas, niños, bebés y hasta mascotas, incluso hace apenas unos días se le apreció sirviendo la comida junto con toda su familia a quienes por años los sirvieron a ellos, transmitiendo gratitud y humildad.

Además durante su mandato, no se distanció de las personas ni se cubrió bajo el abrigo del poder ante los reflectores, supo afrontar crisis de popularidad ante decisiones polémicas y a pesar de ello, pudo ganar su reelección apostando al equilibrio y no los extremos.

Tal era la consolidación de la marca Obama, que hace apenas unos meses una encuesta realizada por CNN en octubre de 2016, se reportó un máximo en la aprobación durante su segundo periodo, alcanzando un 55%.

¿Cuál fue el secreto de su repunte en 2016? Los números históricos indican que los niveles de desaprobación de un político se alcanzan en el ocaso de su gobierno, sin embargo Obama encontró en su sucesor

Donald Trump una antítesis que reavivó su percepción positiva dentro de sus compatriotas. Gracias a ello fungió como un salvavidas para Clinton en más de una ocasión, exponiendo los riesgos que el país corría si el Republicano llegaba al poder.

Mediante la polarización, muchas personas se percataron de las diferencias abismales entre ambos personajes, convirtiéndolo en deseable desde muchos puntos de vista y valorando sus acciones acertadas por encima de las críticas.

El efecto de su popularidad no le fue suficiente para retener el gobierno para los Demócratas, empero su nombre sigue más presente que nunca, millones de personas se despiden con nostalgia del presidente número 44 de EU, su papel político será cuestionado por los analistas e historiadores, sin embargo su trascendencia en la forma de hacer marketing y lograr comunicar quedarán englobadas en tres palabras “YES, WE CAN”.

FACEBOOK: MIGUEL DELGADILLO IBARRA

 @mike_delgadillo

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