Tras una serie de negociaciones en las oficinas de su fondo Fintech Advisory, ubicadas en la torre Seagram de Nueva York, David Martínez aterrizó en Barcelona, España, para firmar la compra de acciones del banco Sabadell. Eran finales de septiembre del 2013 y el inversionista mexicano se aprestaba a desembolsar 275 millones de euros por el 5% del banco catalán, casi lo doble de lo que se dice pagó por el Pollock que tiene colgado en el living de su dúplex de la torre Time Warner.

Martínez, el inversionista mexicano más misterioso, a quien solo se le ha fotografiado un par de veces en eventos de los Kirchner en Argentina, se convirtió así en el segundo inversionista individual de Sabadell y obtuvo un asiento en su Consejo de Administración. “Es un consejero que ha aportado mucho al banco por su visión global”, me dijo hace unos días Francesc Noguera, CEO de Sabadell México.

Originario de Monterrey, David Martínez también es uno de los principales consejeros de las familias más ricas de Nuevo León y se dice que incluso convenció a empresarios regiomontanos para invertir en Sabadell. Parte de la experiencia del dueño de Fintech ha servido para trazar la ruta de crecimiento del banco en México, donde ya se expande con fuerza. Hacia el 2020, planea colocar 70 mil millones de pesos en créditos.

El interés de Martínez por la banca española no es un caso aislado. Muchos otros multimillonarios mexicanos han optado por invertir parte de su fortuna en dichas instituciones financieras. En los últimos tres años, cerca de mil millones de euros de capitales nacionales han ido a parar al capital de bancos españoles.

En febrero del 2016, Carlos Fernández, el expresidente de Grupo Modelo, se convirtió en el consejero con mayor participación accionaria de Santander, sólo detrás de Javier y Ana Botín, hijos de Emilio Botín, presidente del banco durante las últimas tres décadas.

En noviembre del 2014, Fernández fue nombrado consejero independiente del banco español a escala global, tras varios años de estar relacionado con la unidad mexicana y la casa de bolsa. Incluso, decidió mudarse a vivir a Madrid, España. De acuerdo con reportes de Santander, actualmente el empresario mexicano posee 15.5 millones de acciones del banco, las cuales tienen un valor aproximado de 55 millones de euros.

También hace poco, a principios de abril, el empresario mexicano Ernesto Tinajero, dueño del recién ascendido club de futbol Necaxa, compró un paquete de acciones de Liberbank, con lo cual aumentó su participación a 7.42% y se convirtió en el inversionista individual más importante del banco español.

Fue en mayo de 2014 cuando el empresario adquirió, junto con el inversionista mexicano Gustavo Tomé, director general de los fondos DaVinci Capital y Nemesis, el 8% del capital de Liberbank por más de 100 millones de dólares.

La familia Del Valle también tiene una participación mayoritaria en una entidad financiera española: el Banco Popular. Los dueños de la petroquímica Mexichem poseen 7.5% de su capital, valuado en más de 450 millones de euros. Con ello, son el segundo mayor inversionista del banco, solo detrás del Sindicato de Accionistas.

Finalmente, Carlos Slim, quien además tiene ya el control de la constructora española FCC y la inmobiliaria Realia, es uno de los inversionistas principales de La Caixa. Así como el magnate mexicano tiene títulos del banco español, este a su vez está invertido en Inbursa, la entidad financiera de Slim.

De igual forma, la familia Ron, del Banco Popular, invirtió a finales de 2013 en el banco Ve por Más de los Del Valle.

Por si fuera poco, Moisés El-Mann, uno de los empresarios mexicanos más prósperos del sector inmobiliario, compró en el 2013 un lote de 228 oficinas de Banco Sabadell por 300 millones de euros a través de un fondo inglés. Ahora, el accionista mayoritario de Fibra UNO las está vendiendo: quiere 440 millones de euros, es decir, una ganancia de 140 millones en tres años. El problema es que no encuentra comprador.

Posdata. Se ha especulado que David Martínez y el millonario colombiano Jaime Gilinski, otro de los principales inversionistas individuales de Sabadell, podrían desinvertirse del banco español, con sus respectivas ganancias. Sin embargo, aun cuando el mexicano decidió no participar en una reciente ampliación de capital, no se prevé que salga del banco. En cambio, Sabadell planea crecer en México con servicios digitales en la banca empresarial, corporativa y de personas físicas. Quieren ser un jugador relevante.

@MarioMal

mario.maldonado.padilla@gmail.com

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