ICA está al borde de la quiebra y sus dueños en una posición que nunca imaginaron: la de perder el control de la empresa. La historia de la constructora mexicana podría culminar como la de otras grandes compañías que tras salir del concurso mercantil dejaron de pertenecer a sus fundadores, como fue el caso de la desarrolladora de vivienda Geo y la familia Orvañanos. Esta versión ya comienza a sonar en los círculos de negocios.

En realidad, los Quintana ya poseen pocas acciones de ICA, una de las emisoras más diluidas de la Bolsa Mexicana Valores (BMV): tiene 91% de su capital flotando en el mercado. De ese total, Bernardo Quintana y su familia controlan solo 11%.

Hasta ayer, ICA tenía un valor de capitalización (believe it or not) de 70 millones de dólares. La semana pasada sus títulos tocaron mínimos históricos y ayer cerraron a un precio de 2.14 pesos en la BMV. ¿A cuánto equivale el 11% que tienen los Quintana en ICA? A menos de 8 millones de dólares, sin contar que son acciones de control.

Vaya escenario el que se está configurando para la empresa que llegó a ser la constructora más grande México y de América Latina. El miércoles pasado, ICA envió a la SEC de Estados Unidos un documento demoledor, en el que reconoce que su sobreendeudamiento podría impedirle seguir operando y se vería obligada a solicitar la protección judicial, es decir, acogerse a la figura del concurso mercantil.

Al día siguiente, minutos después de la apertura del mercado, sus títulos se desplomaron cerca de 15%, por lo que fueron suspendidos. ICA mantiene una deuda de casi 70 mil millones de pesos y ha incumplido sistemáticamente con el pago de intereses, por lo que negocia un plan de reestructura antes de solicitar el concurso mercantil. Sin embargo, los analistas ven inminente esta última opción.

“En nuestra opinión, dicha compañía es sumamente riesgosa y no recomendamos invertir en ella, ni siquiera con fines especulativos”, expuso la firma de análisis Signum Research en un documento este lunes.

De acuerdo con la firma, los encargados de la reestructura de ICA, encabezados por Guadalupe Phillips Margain, deberán acordar con sus acreedores una quita de entre 80% y 90% para evitar caer en impago.

Por lo tanto, no se prevé que la negociación con bancos, tenedores de bonos y demás acreedores sea exitosa.

Los inversionistas han esperado que el gobierno rescate a ICA o le inyecte capital, a través del pago de cuentas por cobrar o del otorgamiento de nuevos contratos, pero esa opción cada vez se ve más lejana, dejando casi como última opción el concurso mercantil.

A diferencia de otras empresas del sector, como Pinfra, Tradeco, Ideal y OHL, los dueños de ICA no han sido efectivos en su estrategia de lobbying con el gobierno federal ni con los estatales, lo cual los aleja de la posibilidad de un rescate.

Por otro lado, llama la atención la estrategia de la familia Quintana de haber mantenido más de 90% de su capital diluido en la BMV y la Bolsa de Nueva York, solamente con la potestad de entre 10% y 11%.

Su competidor Pinfra, por ejemplo, tiene apenas 24% de su capital flotando en la BMV, y la familia Peñaloza, sus dueños, poseen cerca de 22%. Por su parte, Ideal, la constructora de Carlos Slim, tiene 34% de sus acciones cotizando en el mercado bursátil.

A ICA todavía le queda la venta de su participación en el Grupo Aeroportuario Centro-Norte (OMA), la cual Fernando Chico Pardo, el accionista mayoritario de ASUR, ya mostró interés en quedarse y hacer sociedad con Aéroports de París.

Chico Pardo suele invertir en sociedad con firmas francesas, como fue el caso de Proactiva, una compañía de desechos ambientales en la cual la francesa Veolia tiene el 51%. ICA le vendió a Chico Pardo su participación de 49% a finales del 2015.

La participación de ICA en OMA quedó en 17.23% tras una serie de ejecuciones de garantías por parte de sus acreedores. Dichas acciones están valuadas en cerca de 4 mil millones de pesos.

Posdata. Se rumora que empresarios como el regiomontano David Martínez, propietario del fondo Fintech, o viejos socios de ICA, como Emilio Azcárraga, María Asunción Aramburuzabala y la familia Alemán, podrían capitalizar a la constructora. La pregunta es ¿a cambio de qué? ¿Del control de la empresa?

Twitter: @MarioMal.

Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

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