En el sector de las telecomunicaciones de México se preguntan qué es lo que trama Francisco Gil Díaz. Desde finales del año pasado han habido señales que hacen suponer que el presidente de Telefónica México está planeando algo; una jugada relevante, relacionada con su incursión en la televisión o bien una asociación de gran calado, con Televisa, DirecTV o Megacable.

El último trimestre de 2015 fue decisivo para la operadora de telefonía móvil que pasó a ser la tercera compañía más grande del país tras la integración de Nextel y Iusacell en AT&T.

En octubre, le pidió al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) autorización para traspasar de una empresa a otra los derechos de operación del servicio de televisión restringida y transmisión de datos vía satélite.

Para Francisco Gil, aumentar la cobertura de servicios de telecomunicaciones en México es más fácil y barato a través de franquicias en áreas rurales o bien mediante la tecnología satelital. El ex secretario de Hacienda ve menos viable la idea de hacerlo a través de una red mayorista de servicios, como la que licitará el gobierno federal este año.

Tras conocerse la cesión de derechos para prestar el servicio de TV de paga vía satélite (Movistar obtuvo esa concesión en 2011) directivos de Telefónica México se apresuraron a decir que no tenían planes de lanzar una cadena de televisión, sino ofrecer video de valor agregado a través sus plataformas móviles. No obstante, dos ejecutivos del sector ven con extrañeza este movimiento.

Otra jugada que causó sorpresa —y especulaciones sobre la posible salida de Movistar de México— fue la negativa de la empresa a participar en las licitaciones de espectro radioeléctrico que se llevaron a cabo en el primer trimestre de 2016 y que terminaron quedándose AT&T y América Móvil.

Telefónica no solo no participó en las licitaciones de espectro en la banda AWS, para el despliegue de tecnologías 4G y LTE, sino que intercambió previamente algunas bandas de frecuencias con AT&T, movimiento que fue autorizado por el IFT en diciembre pasado.

La realidad es que Telefónica México tiene vencimientos de deuda por un total de 878 millones de euros en 2016 y 2017, lo cual limitó su participación en las licitaciones.

Incluso, entre noviembre y diciembre de 2015 la firma hizo ampliaciones de capital por cerca de 110 millones de euros para hacer frente a estos compromisos.

Sin embargo, la firma podría estar planeando una nueva jugada en México, sobre todo tras la llegada de José María Álvarez (53 años) a la presidencia ejecutiva de Telefónica en abril pasado, en sustitución de César Alierta.

Hace unos días, durante una conferencia con analistas, el nuevo máximo ejecutivo de la firma se mostró optimista sobre México: “Por fin tenemos un momentum positivo en nuestros contratos. Hemos multiplicado por cuatro las adiciones netas de clientes y los accesos han crecido 25%”, apuntó.

Francisco Gil, uno de los ejecutivos con mejores relaciones en los círculos empresariales y de gobierno en México; férreo crítico de la dominancia de las empresas de Carlos Slim y polémico por sus opiniones de política económica, no ha podido cristalizar algunas jugadas, como la compra de Iusacell o la alianza con Televisa, el rey de la televisión de paga al que muchos temen porque concentra 65% de este negocio.

Ahora que Telefónica está ávido de sumar a más Operadores Móviles Virtuales (OMV) a su red (actualmente tiene ocho y planea terminar el año con cerca de 13 o 14, de acuerdo con dichos de sus directivos a medios), quizá sea momento de amarrar una alianza con la empresa que preside Emilio Azcárraga, la cual planea regresar a la telefonía móvil vía un OMV.

Uno de los esquemas que baraja Francisco Gil para ofrecer video a sus 24 millones de suscriptores en México es que Televisa le provea de una oferta de contenidos a cambio del pago de regalías. Pero esto podría cambiar si los rumores en torno a que Telefónica podría adquirir los activos de DirectTV Latinoamérica se concretan.

Megacable, la empresa de la familia Bours, también suena como opción para Telefónica. El problema siempre son los cómos. Si se fusionan —como Axel y Alestra— quién toma el control. Telefónica, Televisa y Megacable, tres de los jugadores más relevantes en el sector telecomunicaciones, ya tienen una sociedad a través de GTAC, una empresa que posee 22 mil kilómetros de fibra óptica en México.

Por eso, en el sector telecom se preguntan: ¿qué diablos traman Francisco Gil y los ejecutivos de Telefónica?

Twitter: @MarioMal.

Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

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