¡Corrupción, inseguridad, represión, gasolinazo, ejecutados, alza en las tasas de interés, gobernadores que se sirvieron con la cuchara grande, Trump, Peña Nieto! Todas estas frases seguro nos suenan familiares, porque son casi permanentes en nuestro día a día. La crisis por la que pasa el país es innegable: la crisis con Trump, que ha puesto a muchos analistas a temblar solo de pensar en la posibilidad del fin del TLC y ha dejado en evidencia el mal manejo de nuestra política exterior; la economía, la cual no solo no camina bien, sino que ira peor, con gasolinazos constantes por un buen rato; el problema de seguridad -que tanto tiempo ocultó este gobierno- ha quedado ya en la superficie. Hace un rato que volvimos a los malos tiempos de los ejecutados y la guerra de narcos. Pero, ¿qué estamos haciendo en la sociedad? ¿indignarnos? ¡Indignarnos no es suficiente!

Todos hemos mostrado nuestra indignación por el maltrato de Trump a México y hemos tomado mínimas acciones nacionalistas como: usar la bandera en nuestro Whats App o mandar mensajes y cadenas en cualquier plataforma electrónica contra el loco narcisista de Donald. Pero mas allá de eso -y claro, insultar de toda manera posible al Presidente y al canciller Videgaray-, ¿qué mas hemos hecho? Nos hemos conformado con ser revolucionarios de Facebook o haters de Twitter.

Más aún, Trump está en vías de convertirse en el "chupacabras" del presidente Peña, distractor nefasto ante los problemas nacionales que cada vez se vuelven más graves. Es más, me atrevería a decir que el triunfo de Trump y su anti-mexicanismo han sido la salvación y lo mejor que le ha pasado al gobierno de Peña.

Aunque se han “intentado” cosas, estas no han sido del todo eficientes. La marcha de este pasado domingo por la “Unidad Nacional”, mandando el mensaje de que: “México se organiza, frente a las amenazas externas” fue lamentablemente opacada por los protagonismos de algunos de los convocantes. Se generó una gran confusión en la convocatoria y se prestaron a partidizar una de las marchas, como si se defendiera al presidente. El resultado: una marcha poco concurrida –apenas unas 10 mil personas-, pleitos internos entre los que se manifestaban, no solo contra Trump si no contra la ineficacia del gobierno de Peña, y un sentido de gran desorganización.

El mensaje hacia fuera es terrible, en lugar de mostrar fuerza y músculo frente al narcisista y racista, mostramos una gran incapacidad de ponernos de acuerdo. No dudemos, que esto le de a Trump la certeza de seguir bulleandonos por un buen tiempo.

Y en el vaivén de estos obstáculos, lo central sigue sin respuesta, ¿Qué pasa con el país, mientras todos nuestros esfuerzos están puestos en Trump? ¿Qué estamos haciendo para que el gobierno nos cumpla sus promesas sobre la baja en la gasolina o la electricidad?, ¿Qué hacemos ante la indolencia e incapacidad del gobierno para atacar el crimen organizado? ¿Qué hacemos frente a la corrupción de presidentes municipales, delegados, gobernadores y funcionarios? Más aún, ¿Qué hacemos ante la falta de proyecto de nación, de Estado, de gobierno y en general de nuestras autoridades?

Nuestra propuesta es simple: Peña Nieto no es el resultado de la generación espontánea, es el gobernante por el cual muchos votaron y es un miembro de esta sociedad que cree que “el poder es para servirse a sí mismo” y/o “el que no tranza no avanza” o “ el nomás poquito”. En esta lógica, todos somos parte de los problemas que enfrenta el país, o ¿quién no ha dado una mordidita, o se ha estacionado en doble fila, o se ha saltado la linea? o ¿quién no ha votado por un gobernante que lo hace mal y no ha ido a exigirle buenos resultados? La propuesta entonces es, si todos somos, aunque sea una mínima parte del problema, deberíamos también actuar para solucionarla. Mentarle la madre al presidente, no generará un cambio per se.

Hace unos meses un grupo de jóvenes de la UNAM, la Ibero y el ITAM y otros, iniciamos un movimiento denominado “LIBRE”. Nuestro objetivo es el empoderamiento de la sociedad para resolver nuestros problemas desde el nivel más básico; siempre y cuando el ciudadano o grupo de ciudadanos lo requieran. LIBRE tiene el objetivo de crear ciudadanía a través de círculos virtuosos, sin esperar nada de este gobierno ineficiente. Planteamos generar "hubs" enlazando esfuerzos individuales de la ciudadanía para convertirlos en acciones comunitarias. Sin importar su creencia política o su militancia, solo bajo el principio de hacer acciones a favor de México.

Nos sabemos millones de mexicanxs queriendo hacer cosas, desde mejorar nuestro vecindario, hasta acabar con la corrupción de este país. Las redes sociales han sido un elemento importante para escucharnos y vernos en estas inquietudes. La propuesta es que mas allá de enojarnos, criticar, quejarnos y esperar a que "papá" gobierno nos resuelva, ¿qué pasaría si nosotros construimos nuestro propio país y pasamos de la indignación a la acción? Nosotros creemos que tendríamos el país que merecemos y también el gobierno que queremos.

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