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Contrario a la paz tan anhelada, la finalización de la Guerra Fría, trajo consigo efectos desestabilizadores, ya que muchos países al quitarse el yugo de las potencias, entraron en guerras civiles y se detonaron actos xenofóbicos y racistas, odios interétnicos.
Dos décadas y media después, el malestar de “promesas incumplidas”, la falta de inclusión social y la atonía económica han provocado un malestar social generalizado.
Tal vez, el Brexit, el plebiscito colombiano y el tipo de campaña que ha liderado Trump, sean manifestaciones, aunque incomprensibles, de dicha situación.
Cuando una mayoría de británicos votaron el 23 de junio en abandonar el bloque económico y político, nunca imaginaron los costos económicos que esto traería consigo ya que, por ejemplo, la caída de la libra esterlina a sus valores mínimos amenaza a elevar la inflación.
Todo parece indicar ahora que el “Brexit duro” será el escenario más factible. La Unión Europea le recordará a Theresa May y a cualquier otro líder de los 27 países restantes, que si quieren permanecer en el bloque, tendrán que aceptar la libre movilización de trabajadores.
Los controles de inmigración, ahora serán realidad para un Reino Unido que será separado de la Unión Europea, contra el deseo de los jóvenes, que tampoco fueron a las urnas, pero sí de lo brexiters, un grupo de la población rural y más vieja, atizados de manera inteligente, por temores que explotaron ciertos partidos políticos.
El abstencionismo de igual manera, jugó su parte en Colombia en octubre 2, ya que al conjugarse con la activa campaña del ex presidente Uribe, el sí de la paz, no pudo ser alcanzado, cuando su artífice, paradójicamente, fue después galardonado con el Nobel de La Paz, quedando en solo un intento. La intención del referendo era poner punto final a 52 años de conflicto, que dejó más de 270 mil muertos y 5 millones de desplazados.
Los siguientes días serán cruciales para determinar si puede lograrse una amnistía con el Frente Revolucionario Armado de Colombia (FARC) o bien dar por terminados los 15 días del cese al fuego y retornar a la insurgencia. Y una vez más los intereses políticos privaron más que la razón y la salida del conflicto se redujo a una visión primitiva: amigo-enemigo.
El otro suceso y de vital trascendencia para México, ha sido la buena acogida entre grupos amplios de la población estadounidense de la campaña de Donald Trump, que ha estado impregnada de discursos de desdén y menosprecio a nacionales y musulmanes, difundida de forma simplista, bufona y hasta absurda.
Con argucias, incluso falsas, la contienda de Trump por la carrera presidencial del 8 de noviembre próximo, ha embaucado a buena parte de la ciudadanía estadounidense que se ha sentido atraída por arengas de rencor y de supremacía, a toda costa.
La revelación de videos controvertidos que dan cuenta de una misoginia exacerbada y su poca preparación en los debates con Clinton, han incidido en su popularidad y tal vez le acaben costando el voto que no le lleve a la presidencia de Estados Unidos. Lamentable, si es el caso, que esto sea su Waterloo y no el pensamiento reflexivo y crítico que rechace sus propuestas y arengas.
¿Son estos hechos aislados, que nos han llevado a pensar en actitudes de antiglobalización, o incluso fascistas? ¿O es un fenómeno recurrente? Problemas políticos, sociales y económicos complejos, reducidos a soluciones simplistas, o sencillamente es el hartazgo, a los políticos, al abuso del poder, al fracaso de políticas económicas en un “capitalismo exuberante” que el propio Alan Greenspan definiera o que algunos han llamado, el “mal humor social”.
Cualquiera que sea su génesis o apelativo, lo cierto es que los costos asociados de estos fenómenos son enormes y los escenarios muy riesgosos, incluso para la estabilidad social. Urge un repensar estratégico y un accionar inmediato. El robustecimiento de las instituciones y del valor cívico, se antojan como ineludibles en un contexto mundial por demás complejo e incierto.
Directora del Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac en la Universidad Anáhuac, México Norte
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