Un reporte atrajo a policías preventivos del sector Tacuba a la esquina de Golfo de Tehuantepec y Lago Managua, en la colonia Huichapan de la Ciudad de México. Eran las 5:30 de la mañana del pasado 18 de junio.

En esa esquina había una camioneta Lincoln MKX, estampada contra un poste. Las bolsas de aire se habían activado y estaban totalmente manchadas de sangre.

Un hombre de 27 años se hallaba dentro del vehículo, con la cabeza recargada en el volante. Lo habían acribillado varias veces.

Se trataba de lo que se ha dado en llamar una “ejecución”.

Al día siguiente otro hombre fue ejecutado. Esta vez en la Unidad Habitacional Ermita Zaragoza, en Iztapalapa. El sujeto volvía de la discoteca “El Jefe de Jefes” situada en Los Reyes La Paz: había pasado la noche en compañía de su novia y algunos amigos.

Ella entró a su domicilio y él permaneció en el vehículo. La mujer declaró que había escuchado varios tiros, que salió corriendo y encontró a su pareja sin vida en el asiento del piloto.

El mismo día, 19 de junio, tres comerciantes fueron acribillados en Tepito. Uno de ellos murió, los otros quedaron heridos. Según el testimonio de éstos, los agresores se acercaron en motonetas y, sin mediar palabra, abrieron fuego contra sus víctimas.

Elementos de la Secretaría de Seguridad Pública hallaron en el lugar de los hechos 14 casquillos de 9 milímetros y 357.

El 21 de junio se registró otra ejecución. Ahora en la delegación Iztacalco. El boxeador Ulises Hueto, apodado El Chispa, salió del gimnasio en el que entrenaba, en la colonia Juventino Rosas.

Era poco más de la una de la tarde. Una motocicleta en la que viajaban dos hombres se le acercó, por la espalda, procurando no hacer ruido. Al boxeador le dispararon doce veces.

Nadie escuchó nada porque el arma poseía silenciador. El Chispa recibió dos tiros en el cuello y otros dos en la cabeza.

Hacía rato que la motocicleta había desaparecido cuando el cuerpo fue descubierto y se activó la alarma.

Ese mismo 21 de junio se registró también la ejecución de un hombre en la colonia Ampliación Los Reyes, Culhuacán, en la delegación Iztapalapa.

La víctima se encontraba en un puesto de tacos de mixiote. Dos sujetos armados —“al menos dos sujetos armados”— se aproximaron y abrieron fuego. Le dispararon cinco veces a quemarropa. Uno de los clientes del puesto resultó herido.

Según la prensa, mientras los atacantes huían, “los comensales comenzaron a desangrarse”. Cuando los servicios de emergencia lograron arribar a aquella esquina, la primera de las víctimas había muerto. La otra fue trasladada a un hospital.

“Uniformados preventivos del Sector Granjas acordonaron la zona e implementaron un dispositivo… sin embargo, no se ha reportado la detención de ninguna persona”, se informó al día siguiente.

Cuando esto ocurría, en la colonia del Valle un hombre fue arrojado desde una camioneta en movimiento en Eje 6 Sur y Patricio Sanz. Testigos que se acercaron a auxiliarlo notaron que estaba golpeado de la cara y sangraba del abdomen.

El hombre negó que lo hubieran arrojado desde un vehículo: se dijo víctima de un asalto sucedido en esa esquina. Pero la policía no halló los casquillos y la versión de los testigos desmentía sus palabras.

La procuraduría capitalina informó que esperaba que la víctima pudiera rendir su declaración, para “conocer el posible móvil de los hechos”.

Finalmente, el 26 de junio, otros dos hombres fueron abatidos en un comercio clandestino de bebidas alcohólicas: una chelería conocida como “Tepibazar”, situada en el barrio bravo de Tepito.

Las impactantes fotos publicadas por El Gráfico mostraron que las víctimas, tendidas sobre charcos de sangre, tenían armas de 9 milímetros encajadas en el cinto. “No les dio tiempo de sacarlas”, “sus rivales fueron más rápidos que ellos”.

Según los testigos, los dos hombres abatidos, de 23 y 46 años de edad, recibieron impactos de bala en la cabeza. Ambos eran comerciantes del Centro Histórico.

Había pasado solo una semana desde la primera ejecución. Con el doble asesinato en la chelería de Tepito se contabilizaban siete.

Siete ejecuciones en una semana en calles de la Ciudad de México.

Indudablemente, hay una historia que nos estamos perdiendo.

@hdemauleon
demauleon@hotmail.com

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