Rafael Pacchiano, Eruviel Ávila y Miguel Ángel Mancera se tomaron la foto, se dieron la mano y levantaron la contingencia ambiental en el Valle de México. Nada que celebrar.

Todos son responsables de lo que respiramos, incluyendo el jefe de Gobierno avientaculpas.

Aquí cuatro anotaciones:

1.— En 1991 el Distrito Federal tuvo 9 días con buena calidad del aire. Fue el año de la gran crisis. Esto provocó la implementación de medidas importantes. Para 2004 se tuvieron 140 días. La administración de Ebrard dejó el récord histórico de 243 días con buena calidad del aire.

Imaginen el esfuerzo que ha hecho Miguel Ángel Mancera para retroceder todo lo ganado en décadas.

2.— La pasada Comisión Ambiental Metropolitana fue la única que funcionó medianamente bien. Era respaldo científico de las decisiones políticas (recuerden a Mario Molina). También coordinaba acciones. Funcionaba, independientemente si López Obrador se llevaba con Montiel o Marcelo con Peña. Trabajaban juntos. En dos años, la tiraron a la basura. Basta ver las ocurrencias y grillas que se traen.

3.— La calidad del aire es la única política pública que se planea por decenio, no por sexenio, menos por trienio. Hay cuatro programas que se han decretado para ello, que se llaman “Proaires”. Tenemos uno vigente 2011-2020. El gobierno actual no tenía más que cumplir con lo ya establecido.

4.— Mancera arbitrariamente tomó la decisión de lanzar a las calles más de medio millón de vehículos.

Porque una cosa es que la Suprema Corte haya amparado a un grupo en contra del Hoy no Circula, y otra que el propio jefe de Gobierno lo haya hecho extensivo a todos.

Se trató de un cálculo electorero. La historia se remonta al “No circula” sabatino. Recibió quejas, manifestaciones, mentadas en redes sociales. Fue uno de los factores que le pegó al PRD en la elección de 2015. Ahora, con la popularidad en picada, a Mancera se le hizo fácil ganarse a los automovilistas afectados.

Es así como de la noche a la mañana, amanecimos con más de 600 mil autos en las de por sí caóticas avenidas de la Ciudad de México. Cada dos meses comenzaron a sumarse 200 mil que pasaban de holograma 2 a Cero.

Es decir, Miguel Ángel dejó de hacer lo que tenía que hacer. Empezó a improvisar. Y de paso, a hacer negocio. Más unidades, más fotomultas con el absurdo reglamento de los 50 kph, más dinero a las arcas públicas y privadas.

Si le preocupa la caída de su imagen, que se ponga a gobernar en vez de lucrar.

Porque, como capitalina lo digo, para negocios de Mancera, sólo los bisquets.

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