Costa Rica nunca le ha ganado a México en la historia de la Copa Oro. Este dato seguramente lo conocen los jugadores del equipo Tico que contemplan a su adversario de este domingo como el acérrimo rival a vencer, al que históricamente han enfrentado por generaciones y contadas ocasiones han podido derrotar. A los futbolistas de Costa Rica les enseñan esto desde su etapa de juveniles y, como decía el inolvidable José Antonio Roca, juegan su “Clásico”.

México suma cuatro triunfos y empató dos veces ante Costa Rica en Copa Oro. La estadística le favorece y los antecedentes marcan que ha sido superior, desde los años cincuenta y principios de los sesenta cuando aquella rivalidad regional convirtió al gran Héctor Hernández, atacante de las Chivas, como “El Verdugo de Costa Rica”, al marcarle tres goles en una eliminatoria mundialista.

La cuestión ahora es que los jugadores y técnico de la selección mexicana entiendan que su rival centroamericano jugará a tope tratar de avanzar a semifinales en este certamen y que en la más elemental correspondencia deportiva tienen que hacer lo mismo, para alcanzar este objetivo. No será un partido fácil para ninguno de los contendientes y al ofrecer ese “extra” en un partido tan crucial, ahí puede estar la diferencia.

La técnica y la táctica la tienen ambos equipos, cuentan- además- con jugadores de gran calidad que en el pasado Mundial tuvieron una buena actuación al punto de sobresaliente, en el caso de los centroamericanos. Pero en esta Copa Oro no han podido alcanzar su mejor nivel y quedaron a deber en la ronda de clasificación.

Los Ticos no ganaron y con tres empates ante Jamaica, El Salvador y Panamá, avanzaron como uno de los mejores terceros lugares. México no pudo lograr el primer lugar de su grupo, sólo venció a Cuba y con sendos empates ante Guatemala y Trinidad se instaló en cuartos de final.

Para hoy la apasionante incógnita es saber cuál de los dos podrá despertar de este letargo: Costa Rica suma nueve partidos sin victoria- 6 empates y 3 derrotas- no gana desde el 14 de octubre del año pasado cuando derrotó 3-1 a Corea del Sur. México sólo ha ganado un partido en sus últimas apariciones de selección mayor.

Si la selección mexicana es capaz de alcanzar el nivel que mostró en el juego ante Trinidad y Tobago cuando se puso arriba 2-0 en el marcador y luego tuvo los arrestos y coraje para darle la vuelta a un 3-2 adverso. Si juega como lo hizo en esos momentos y no comete los graves errores que le impidieron ganar ese partido, los veremos en semifinales en Atlanta.

Esa es la tarea de Miguel Herrera para hoy, que el equipo sea consistente, regular, que no falle en lo elemental y que muestre seguridad en todas sus líneas. Contundencia, como la tuvo ante los trinitarios y que no sea frágil, como sucedió en ese partido.

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