¡Cómo no te voy a querer!

Hemos llegado prácticamente a la mitad del torneo y resulta halagüeño voltear a ver la tabla de posiciones y encontrar a los Pumas, a mis queridísimos Pumas, en la punta de la clasificación, encabezando el pelotón, ejerciendo el liderazgo... ¡Cómo no te voy a querer!

El equipo representativo de nuestra máxima casa de estudios, no solamente marcha en primer lugar general, sino que está convertido en el equipo que más goles (22) ha logrado a lo largo de la campaña. Igualmente, se trata de la mejor defensiva del campeonato, permitiendo que su meta haya sido horadada únicamente en nueve ocasiones (honor que comparte con América y Tigres), de modo que no es extraño que sea el plantel con mejor diferencia de goles con un impresionante +13. ¡Cómo no te voy a querer!

Junto con el León es el equipo que más triunfos lleva en el certamen. Del mismo modo, solamente ha perdido dos partidos (al igual que León y Monterrey), destacando que las dos veces que mordió el polvo lo hizo en patio ajeno y por la mínima diferencia. Marchan invictos en casa, lo que nos indica que han recobrado la confianza haciendo del estadio Olímpico Universitario una aduana muy difícil de pasar. ¡Cómo no te voy a querer!

En el goleo individual tampoco se han quedado atrás y la cosa está muy bien repartida: Matías Britos ha marcado 6 goles, Ismael Sosa 5 y Lalo Herrera 4 (el líder es Tito Villa, del Querétaro, con 8 pepinillos), lo que nos habla de que no existe dependencia de un solo jugador o ariete y que se pondera el conjunto en general. ¡Cómo no te voy a querer!

Lo mejor es que, luego de andar dando tumbos y acumular una serie de desaciertos, la directiva felina volvió a su esencia, teniendo como piedra angular la continuidad y el sello de la casa. El regreso de Memo Vázquez al timón y la incorporación de Toño Sancho en la dirección deportiva han sido determinantes para consolidar al equipo. ¡Cómo no te voy a querer!

Se ha logrado la tradicional combinación de extranjeros (no estelares, pero sí con calidad y entrega) con la incrustación de canteranos que llevan tatuados en la piel los gloriosos colores azul y oro de la institución, lo que nos permite soñar con que pronto podremos alzar el pendón victorioso de la Universidad... ¡Cómo no te voy a querer!

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