Hoy hace un buen día para hablar del arbitraje, específicamente de los yerros cometidos durante el pasado fin de semana, que fueron, oiga usted, para movernos a la reflexión.

Los errores arbitrales siempre han existido y existirán. Es más, me atrevería a aseverar que son parte integral del juego; sin embargo, hay algunos que resultan incomprensibles y que denotan situaciones que pueden (y deben) ser corregidas, para beneficio de nuestro querido deporte, como lo son la falta de concentración, la mala ubicación, la carencia de recursos y el desconocimiento de la regla.

Por ejemplo, en el duelo Tigres vs. Querétaro, el cancerbero Nahuel Guzmán tacleó a ‘Tito’ Villa, al más puro estilo de la NFL, dentro del área de los 16.50 m, cometiendo un penal más grande que ‘El Volcán’.

No solamente se trató de una pena máxima, sino que también significaba la expulsión del portero norteño.

Además iba el minuto 65, hubiera sido (probablemente) el 4 a 2 y los Gallos Blancos tendrían la posibilidad de lograr la igualada, ‘Tito’ Villa hubiera podido lograr su noveno tanto de la competencia afianzándose en el liderato de goleo y Guzmán sería suspendido en la próxima jornada. Pero el silbante Roberto Ríos Jácome con su desatinada decisión, cambió radicalmente la historia.

Otro ejemplo ocurrió en Veracruz, cuando en el primer tiempo Paganoni retuvo (indebidamente) el balón entre sus piernas, lo que provocó que Cardona le diera un pisotón en las pantorrillas a manera de plancha.

El nazareno Paco Chacón, dubitativo, no mostró expedita y merecidamente la tarjeta roja, lo que provocó un conato de bronca en donde el Matute García le propinó un bofetón al agresor, quedando todo en dos simples y tibios cartones preventivos. Sin mencionar que el árbitro se desdibujó al gritonearle prepotentemente a Ricardo Osorio.

Si la vio ¿Por qué no lo expulsó?, toda la trifulca fue provocada por la falta de atingencia del juez, quien al parecer dirige los partidos aplicando su reglamento particular y no las leyes que rigen universalmente el futbol.

Al Pachuca también le anularon un gol en posición fuera de juego, solamente que se les olvidó que el balón venía de un contrario.

En fin, los nuevos instructores ya llevan 10 meses en el cargo y al parecer, las cosas van de mal en peor y el arbitraje mexicano camina… como los cangrejos.

ebrizio@.hotmail.com

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