El barón Pierre de Coubertin, padre de los Juegos Olímpicos de la era moderna, volvería a morirse si escuchara que algunos quieren justificar sus fechorías utilizando el nombre del evento deportivo más importante del mundo. Estoy seguro que si hubiera imaginado que se convertirían en una lucha de poder político y el pretexto de algunos para hacerse millonarios a costa de los deportistas jamás los hubiera creado.

Es vergonzoso que el COM esté haciendo creer a la sociedad que las amenazas que está ejerciendo sobre la Conade son en beneficio de nuestros atletas, cuando en realidad están presionando porque sienten que su “mina de oro” se les está esfumando.

Es verdad que la Carta Olímpica, que ahora resulta que algunos defienden a “capa y espada”, dice: “Los miembros del COI no aceptarán de gobierno, organizaciones u otras partes, ningún mandato o instrucción que pueda interferir con la libertad de su acción y de su voto”, pero habría que analizar si cuando se establecieron los principios de este documento se pensó que el deporte se convertiría en un gran negocio y que este estatuto sería el pretexto perfecto para que las asociaciones civiles como el COM y las federaciones nacionales se aprovecharan de los recursos federales.

Tal es la incongruencia del COM que arma un escándalo, sale a los medios de comunicación, envía una carta al COI y luego declara que no nos preocupemos que las cosas van a solucionarse. Entonces, ¿sólo estaban dándole un “susto” a la Conade? o ¿quisieron dar una muestra de “autoridad”?

En primer lugar, hay que aclarar que aunque México sea castigado, no significa que los atletas no podrán participar. Por supuesto que no es lo ideal, pero irían compitiendo con la bandera del COI y hay que explicar que esto no sería consecuencia de las acciones que se han tomado en los último días por parte de la Conade, es culpa de todas las personas que por más de 40 años han guardado millones de pesos en sus bolsillos o han utilizado sus cargos para beneficios personales.

En Atenas 2004 cuando llegué a una de las competencias de box, ahí estaba Ricardo Contreras, presidente de esa federación, que me presentó a su esposa, suegra, hijos y hasta a su comadre, todos con carnet oficial del COI avalado por la Federación Internacional de Boxeo, usted se preguntará: ¿Esto qué tiene qué ver con todo lo anterior?; este señor que es uno de los que más ha acusado a la Conade de intervenir en asuntos que “no le corresponden”, utilizó en su beneficio lo que le correspondía a la familia olímpica, familiares de los atletas, a los que en la mayoría de las ocasiones se les niegan las facilidades de asistir, se les dice que ya no hay boletos o que están muy caros. Este es sólo un ejemplo de cómo este y muchos personajes que ahora se niegan a soltar el poder se han aprovechado de su condición y lo que menos les importa es apoyar a nuestros deportistas porque hay que decir que justamente en esa ocasión el boxeo mexicano no ganó un solo round.

No, señores, no se vale que sigan utilizando a nuestros atletas, que ahora el COM incluso quiera imponer sus reglas para decidir quiénes sí van o no a los Juegos Olímpicos cuando existe un reglamento y si, por ejemplo, la FINA dice que las marcas “A” clasifican directamente y las “B” también pueden asistir, el COM a manera de presión decida que cuatro años de preparación de un atleta se vayan a la basura por cuestiones políticas y el capricho de una persona.

Aquellos que se han “encariñado” tanto con el poder, ya es tiempo de que lo suelten, seguramente con lo que se “ganaron” durante tantos años les servirá para vivir a ustedes y a sus próximas generaciones “tranquilamente”, alivien su “enfermedad de avaricia” y dejen que el deporte mexicano empiece a florecer verdaderamente.

Profesor

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