Creado hace casi 75 años, el Instituto Mexicano del Seguro Social es uno de los pilares de la arquitectura social en México. Es un organismo público descentralizado que le da servicios de salud y seguridad social a más de la mitad de la población del país (más de 63 millones de personas) y su presupuesto representa poco menos de la mitad de los recursos federales destinados a la Salud.

Durante años escuchamos de la crisis financiera en la que se encontraba el IMSS, generada por una inercia de gasto sin planeación y sin control e ingresos insuficientes para hacerle frente. Esa historia ha cambiado. En los últimos años hemos logrado hacer que la diferencia entre los ingresos recaudados mediante cuotas obrero patronales y los gastos de atención a la población, sea cada vez más pequeña. En 2012, hace tan solo 5 años, el déficit del IMSS era del 8% de su gasto total, mientras que el año pasado fue el primero en ocho años en el que los ingresos superaron a los egresos.

Desde que asumí la Dirección General de este gran Instituto, y por instrucciones del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, enfoqué mis esfuerzos para lograr resultados en 3 ejes:

1. Continuar con el fortalecimiento financiero del Instituto

2. Mantener y acelerar los procesos de simplificación de trámites

3. Mejorar la calidad y calidez de los servicios médicos

Desde el inicio de la presente Administración, se empezaron a implementar esfuerzos de saneamiento financiero y administrativo que han dado resultados decisivos en la reversión de la situación económica del Instituto, mejorando su viabilidad y su perspectiva. El control y la disciplina presupuestaria han cambiado su trayectoria financiera; la reducción progresiva del déficit de operación de 2013 a 2015, se trasformó al cierre de 2016 en un superávit de 6,743 millones de pesos, lo que no sucedía desde 2008. Con estos resultados, las proyecciones financieras de ingresos, gasto, excedentes y fondeo de reservas del modelo financiero a corto plazo (2017 a 2025) proyectan una sustentabilidad hasta el 2020.

Seguimos avanzando en la instauración de una política de gasto que se alinee a las buenas prácticas en la gestión financiera, para tener un ejercicio con mejor validación y ejecución; al cierre de 2016 tuvimos como resultado un menor gasto corriente en 7,774 millones de pesos con respecto al autorizado en el Presupuesto de Egresos de la Federación, incluso el cierre 2016 tuvo una disminución real de 1.9% con respecto a 2015.

En materia de Ingresos, en 2016 se alcanzaron nuevamente niveles históricos de afiliación con crecimientos casi al doble del crecimiento del PIB y se continuó avanzando en la aplicación del Modelo Integral de Fiscalización que ha permitido fortalecer la capacidad de generación de ingresos del Instituto, y además, ha promovido la formalización del empleo y la equidad en el financiamiento de la seguridad social.

Con la Estrategia IMSS Digital, avanzamos también en materia de simplificación y digitalización de trámites, en los que llevamos ya 110 millones de trámites de forma digital del 2013 a 2016.

En el tercer eje, con el fin de mejorar la calidad y calidez de los servicios médicos, en marzo del año pasado presentamos la Estrategia Integral para Fortalecer la Atención Médica que incluye medidas que inciden en el uso eficiente de los recursos y en la reducción de tiempos de espera tanto en urgencias como en cirugías y citas con especialistas principalmente.

Las transiciones demográfica y epidemiológica que enfrenta la población derechohabiente del IMSS, imponen un entorno financiero cada vez más severo. En el primer caso, la estructura de la población del país ha cambiado y estamos transitando a una población más envejecida, que demanda mayores servicios de salud. En el segundo caso, tenemos ahora una mayor presencia de enfermedades crónico-degenerativas de mayor complejidad y mayor costo; sin embargo, estamos convencidos de que institucionalizar la transformación que iniciamos, con la participación comprometida y responsable de los 3 sectores que conforman esta gran Institución, es la ruta no sólo para lograr la sustentabilidad financiera de largo plazo, sino para asegurar mejores condiciones de salud y seguridad social a sus derechohabientes.

Le he informado al Congreso y hoy lo haré a la opinión pública que el presidente Peña Nieto rescató al IMSS de la quiebra y todos los días trabajamos para mejorar sus finanzas. Queremos no sólo institucionalizar las buenas prácticas implementadas desde 2013, sino establecer los criterios de equilibrio presupuestario y de responsabilidad financiera para que no vuelva a perderse la salud financiera de esta noble institución.

Director general del IMSS

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