Quizás los mapas no lo explican todo, pero explican mucho. Mire un mapa de Turquía y sus alrededores. Un primer elemento que resalta es que Turquía está en el corazón de Eurasia, y ha sido siempre un punto de encuentro entre varias regiones cruciales. Pero no solo eso. Además de contar con una porción de territorio dentro de Europa, Turquía custodia el Bósforo y los Dardanelos, es decir, la salida al Mediterráneo de todos los países que tienen litoral en el Mar Negro, Rusia incluida. De modo que, si parte del conflicto ucraniano se explicaba porque Moscú necesitaba conservar el dominio de Crimea y su estratégico puerto de Sebastopol, la realidad es que ese puerto depende de la llave turca para que el Kremlin pueda efectivamente llegar al Mediterráneo y a sitios como su base naval en Siria. Al sur, Turquía tiene frontera con Siria y con Irak; al este con Irán, entre otros países. Al igual que esos tres estados, Turquía posee una porción del Kurdistán. Es decir, así como ocurrió muchas veces en la historia, la Turquía de hoy se ubica precisamente en el núcleo de muchos de los conflictos y cuestiones que están marcando la agenda en la actualidad: la post-Primavera Árabe, la guerra civil siria, las rutas de los refugiados producto de dicha guerra, la expansión de ISIS, las redes de mercado negro que esa organización utiliza, el choque regional entre las potencias sunitas con Irán y el choque global entre Moscú y la OTAN. Así que, si Ankara decide derribar un avión ruso, o si sus tropas penetran territorio iraquí, no se provocan problemas binacionales; se remueven las fibras de toda la zona, y de todos los conflictos que ahí hoy se entretejen e impactan al planeta entero.

Turquía vs Irán. La Primavera Árabe, lejos de traer la democracia y las libertades para los ciudadanos de la mayoría de los países de Medio Oriente, lo que produjo es una serie de elementos de inestabilidad que orillaron a muchas potencias regionales a redoblar el resguardo de sus intereses en la convulsiva era que se avecinaba. Turquía rápidamente buscó posicionarse en el liderazgo de los países sunitas de la región. De hecho, quizás leyendo los eventos de manera prematura, se dedicó junto con Qatar a apoyar a todos los partidos y movimientos islamistas, en aquél entonces percibidos en pleno ascenso. Ello le generó conflictos con la otra gran potencia sunita de la región, Arabia Saudita. Pero el enfrentamiento principal de Turquía es con Irán, el líder del chiísmo. Para Ankara resultaba estratégico conseguir que el poder iraní fuese contenido y de preferencia mermado, tras el caos que se produjo.

Turquía vs Assad en Siria. Así, Turquía fue uno de los primeros países en apoyar la rebelión contra Assad, el aliado más cercano de Irán. Las milicias rebeldes no solamente recibían armas y financiamiento de Ankara (NYT, 2012), sino que se les permitía usar su territorio para desertar, reagruparse y atacar a Assad desde ahí. A medida que la guerra civil se fue intensificando, el interés turco de empujar hacia un desenlace que le fuese favorable, tanto desde la perspectiva política como desde la perspectiva de seguridad, se fue incrementando. Hoy, Turquía es uno de los principales actores en ese conflicto.

Turquía vs ISIS. El problema es que grupos afines a Al Qaeda fueron penetrando la rebelión siria. Surgió el Frente Al Nusra, la filial siria de Al Qaeda. Paralelamente, la rama de Al Qaeda en Irak también penetra Siria. Esta rama va a chocar políticamente con Al Qaeda, decide independizarse y se autonombra ISIS o “Estado Islámico de Irak y Siria”, y a partir de entonces comienza a combatir a todos los que se le opusieron, sin importar si estos eran leales a Assad, rebeldes, religiosos o laicos.

Pero cuando inicia el combate internacional contra ISIS (2014), Turquía, miembro de la OTAN y aliado de Estados Unidos, eligió no participar por varias razones: (1) ISIS era el enemigo más fuerte que enfrentaba Assad. Al haber convertido el combate a ISIS en su prioridad, Washington no solo estaba ayudando al presidente sirio, sino que parecía aceptar de manera implícita el que cualquier salida a la crisis siria tendría que considerar un acuerdo negociado con Assad y con sus patrocinadores iraníes, (2) Como se ha visto a lo largo de este año, el combate contra ISIS era imposible de efectuarse sin el crucial apoyo y consiguiente fortalecimiento de los kurdos en toda la región. Esto significaba perjudicar otra de las mayores prioridades estratégicas turcas, (3) Turquía quería evitar sufrir ataques terroristas con los que, sin duda, ISIS respondería.

Sin embargo, todo el panorama se movió, y a pesar de que los puntos anteriores siguen existiendo, resultaba imposible para Ankara seguir evadiendo enfrentar a ISIS por lo siguiente: (a) El acercamiento entre Estados Unidos e Irán no fue percibido regionalmente solo como un acuerdo limitado a lo nuclear, sino como la vía directa al fortalecimiento de la esfera de influencia de Teherán, algo que Turquía había buscado evitar desde el inicio. Tanto así que Ankara y Qatar deciden resolver o poner en pausa sus diferencias con Arabia Saudita en temas diversos como la guerra civil siria, (b) El resultado del reacercamiento turco-qatarí-saudí fue la formación de una coalición de milicias, muchas de las cuales estaban combatiendo entre sí, para juntas finalmente revertir la situación. Las victorias contra Assad no se hicieron esperar. No obstante, bajo las condiciones en Siria, para esta coalición de milicias era imposible prevalecer sin también combatir al poder que hoy controla prácticamente la mitad del territorio: ISIS, (c) Además, a medida que los dominios de esta organización se empezaron a expandir en Irak y en Siria, su atractivo fue creciendo entre militantes de distintas partes del mundo. ISIS, entonces, no solo estaba en la frontera sirio-turca. ISIS había penetrado la militancia islámica en el interior de Turquía generando riesgos a futuro. Mientras más esperaba Ankara, más posicionada estaba esta organización para tenerle bajo amenaza perpetua. La decisión turca entonces fue atacar a ISIS, pero no sin al mismo tiempo atacar a los kurdos y así, matar dos pájaros de un tiro.

Turquía vs Rusia. Con todo lo anterior, el choque entre los intereses rusos y turcos era inevitable. Tras las derrotas de Assad en la guerra civil durante 2015, Putin decide entrar a rescatarlo de manera directa, y lo hace con fuerza, atacando frontalmente a todas las milicias que combaten al presidente sirio, incluidas, por supuesto, las milicias apoyadas por Turquía. Así, Moscú establece un eje o alianza que incluye a Assad, Irak e Irán. Ello coloca a Moscú directamente en contraposición con Ankara tanto en aquella guerra civil, como en todo lo que se está suscitando en la región.

Por consiguiente, hay que leer los incidentes recientes en la zona como subproducto de estos enfrentamientos. Tanto el derribo del avión ruso por parte de Turquía, como las respuestas rusas, los ataques renovados de Moscú a las milicias apoyadas por Ankara, la fuerte protesta del gobierno de Irak por el redespliegue de unos 130 soldados turcos cerca de Mosul para combatir a ISIS, así como la movilización diplomática en contra de Turquía orquestada por Bagdad en la Liga Árabe, forman parte del mismo esquema.

Sin embargo, de regreso a los mapas. Ankara asume lo que suceda en Siria e Irak como parte de sus interese vitales; considera que tiene con qué defender esos intereses vitales, tanto desde la perspectiva geopolítica, como desde su capacidad de influenciar a Estados Unidos y a sus otros aliados de la OTAN. Por tanto, seguirá empujando para intervenir e impactar en los desenlaces que allá se den.

Analista internacional. @maurimm

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