A últimas fechas en el ámbito de los tribunales y particularmente de la Corte, han surgido ciertos litigios a los que se les denomina estratégicos, con los que se pretende alcanzar un objetivo más allá de la solución de la controversia que supone el propio litigio.

El litigio estratégico surge en las primeras décadas del siglo pasado en Estados Unidos, extendiéndose hacia otros países en los que ha cobrado fuerza, como una herramienta que busca impulsar una eficaz protección de los derechos humanos, promover su plena exigibilidad y justiciabilidad, mediante una actividad dirigida a la creación de una estrategia en el litigio, que persigue incidir en la esfera pública, sea mediante la modificación de una ley, la definición de ciertos criterios jurisprudenciales, la adopción de políticas públicas, o simplemente llevar al debate nacional un determinado tema.

En opinión de diversos autores, el litigio estratégico es concebido como una herramienta para que a partir de un caso común y corriente, una simple pretensión, una litis cotidiana, pueda convertirse en un caso ideal para transformar el Derecho; un tipo de litigio diseñado para alcanzar objetivos que rebasen el interés del cliente en lo particular y a través del mismo promover cambiar la ley o su aplicación de modo que tenga un impacto en la sociedad, dentro del margen que el sistema jurídico y el de impartición de justicia establecen; la judicialización de un caso emblemático de vulneración de derechos humanos, con la finalidad de impulsar la implementación de soluciones tanto para las personas directamente afectadas, como para el resto de colectivos en situación de vulnerabilidad; mediante la presentación de casos paradigmáticos en los tribunales incidir en las políticas públicas promoviendo cambios sociales e intentando que la solución al caso, además de beneficiar a los afectados concretos, impulse una reforma política o institucional de relevancia, o por lo menos poner una determinada cuestión en la mesa de discusión o en la agenda política.

De los anteriores conceptos subrayo la particularidad que todos refieren, explícita o implícitamente, a la existencia de un litigio real y concreto, el que por sus características se convierta en un caso emblemático, que pueda además de beneficiar a las partes, alcanzar eficacia para otros objetivos.

Lo relevante del litigio estratégico es aprovechar un litigio concreto, con el potencial para generar una interpretación en un determinado sentido que derive en un criterio jurisprudencial obligatorio, o que propicie una modificación legal que brinde mayor protección y seguridad jurídica, o incidir en la creación o modificación de una determinada política pública, en un espectro mayor al del interés particular de quien ejerce una acción que es acogida en la solución de la contienda.

En este sentido, el litigio estratégico constituye una herramienta valiosa, al reconocer al Derecho como un factor de cambio y utilizar los propios instrumentos que nos brinda como cauce o vehículo para dar vigencia a los derechos humanos.

La Corte no ha sido ajena a ello y ha resuelto diversos casos surgidos en el contexto de un litigio estratégico, propiciando cambios como en materia del derecho de acceso a la información pública, el derecho a defensa adecuada, derechos de comunidades indígenas, en materia ambiental o de seguridad social.

La Corte es sensible a los cambios que se operan y está comprometida con su misión de promover y garantizar los derechos fundamentales, siempre en el marco propio de sus atribuciones, sin sustituir al legislador, ni asumir directamente atribuciones propias de otras autoridades o dictar por sí políticas públicas.

Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

@margaritablunar

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