El pasado lunes 19 de octubre se discutió y aprobó en la Cámara de Diputados la nueva Ley de Ingresos para 2016.

Desde hace 10 meses, al menos, sabíamos que ante la caída estrepitosa en los ingresos petroleros, nuestro gobierno tenía cuatro opciones:

Primero. El gobierno federal reducía sustancialmente sus gastos, para compensar así la caída en los ingresos.

La segunda opción era incrementar la recaudación de ingresos tributarios. Ya fuese aumentando los impuestos o estableciendo nuevos, o logrando ser muy eficiente para cobrarlos.

La opción tres era incrementar el déficit presupuestal, es decir, gastar más de lo que se ingresa; y como todo déficit debe ser financiado, entonces pedir prestado contratando más deuda pública, que después los contribuyentes tendríamos que pagar con más impuestos. O como dicen en los exámenes de opción múltiple, el gobierno tenía una cuarta opción: todas las anteriores.

Como es sabido, el gobierno federal decidió no dejar de gastar, sino que frenó el gasto en inversión, no así el gasto corriente, para incrementar la inversión pública a través de las Asociaciones Público Privadas (APPs).

Ante esta decisión, el gobierno optó por incrementar la deuda pública en un renglón que la iniciativa de ley presenta como ingreso, cuando sabemos que pedir prestado endeuda al país, no es ingreso, sino una decisión de financiamiento.

En la pasada comparecencia del secretario de Hacienda ante la Cámara de Diputados se escucho la postura de varios diputados diciendo que el gobierno de @EPN, en su propuesta de paquete económico 2016, reducía la deuda. Este señalamiento es falso, me explico.

Si yo pido prestado hoy 10 pesos, mañana 10 pesos y pasado mañana sólo 8 pesos, no baje la deuda, pedí prestado menos en la tercer solicitud, pero incremente la deuda. Esto es lo que ha hecho el gobierno en 2014, 2015 y propone para 2016.

Así, el gobierno federal habrá incrementado la deuda pública para finales de 2016 en más de 2 billones de pesos, en lo que va del sexenio, es decir, se habría incrementado la deuda en más de 10 puntos porcentuales del PIB, llevando el total del adeudo a más de 8 billones de pesos, siendo un 44% del PIB, y más de 70% de la totalidad de los ingresos federales.

¿Cómo podrá el gobierno federal ponerle un alto al endeudamiento irresponsable de los gobiernos estatales, si éste hace lo mismo? Por otro lado, el secretario de Hacienda se presentó a decirnos que no se aumentaran los impuestos, y que no habría IVA en medicinas y alimentos.

¡Esto es falso! Si bien la iniciativa de la Ley de Ingresos no propone aumentar el IVA, este impuesto se ha incrementado por la vía arbitraria de resoluciones administrativas del gobierno federal, o por la vía de facto, por ejemplo.

1. Ya conocimos la resolución administrativa que impuso IVA en alimentos procesados a una tasa del 16%.

2. También recientemente por instrucciones de la Profeco, el Nacional Monte de Piedad cobra IVA en los intereses cobrados a partir de un mes.

3. También sabemos que el SAT no regresa el IVA a los agricultores imponiéndoles el impuesto a dichos actores por la vía arbitraria.

Todos esos incrementos de impuestos los ha hecho el gobierno sin la aprobación de la Cámara de Diputados.

No estoy en contra de los impuestos, sino de la arbitrariedad. En 2009, el entonces senador Manlio Fabio Beltrones, propuso un IVA generalizado de 12%. Respaldé dicha propuesta. El límite del gobierno en toda sociedad democrática es la ley, misma que al dar certeza a los ciudadanos, prohíbe toda arbitrariedad.

Por estos motivos, es que vote en contra de la iniciativa de Ley de Ingresos que la Cámara de Diputados aprobó el pasado lunes 19 de octubre.

Diputado federal independiente.

@ClouthierManuel

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