Desarrollo humano, una realidad lejana en la vida de muchos mexicanos. Las cifras de 2015 fueron contundentes, avance de la pobreza y con ello caída en la calidad de vida de la población.

En primera instancia fue el Coneval el encargado de reportar que la estrategia denominada como Cruzada Nacional contra el Hambre y el programa Oportunidades, hoy Prospera, no tuvieron la capacidad de solucionar el problema más lacerante que enfrenta México, la pobreza. En su último reporte 2 millones de connacionales se sumaron a dicha situación.

El reporte del Coneval puso en claro que Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Veracruz y Michoacán sufren algunas de las condiciones de mayor precariedad social en el país, ello a pesar de que han recibido recursos millonarios bajo los programas de combate a la pobreza.

Con las cifras publicadas por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se confirma que México se encuentra en una situación social que no corresponde con el tamaño de su economía.

Si bien el país ha retrocedido en los indicadores por tamaño del PIB, hoy es la economía 15 del mundo cuando hace un par de años era la 14 y una década atrás estaba cercana a las 10 primeras, todavía más inquietante es el rezago en el Índice de Desarrollo Humano (IDH).

De acuerdo con la última publicación del PNUD, México ocupa la posición 74 a nivel mundial en el IDH. En otras palabras no existen las condiciones suficientes para que la economía 15 del mundo ocupe el lugar que le corresponde en cuanto a desarrollo humano se refiere.

Como referencia debe considerarse que Trinidad y Tobago, Venezuela, Cuba, Kazajstán, Serbia y Sri Lanka ocupan una mejor posición que México, varios de ellos se han encontrado en proceso sociales, económicos, políticos y militares que han limitado su desarrollo.

Cuando el análisis se realiza observando el IDH ajustado por la desigualdad, la posición de México empeora, lo cual refleja que una parte del desequilibrio es la inequidad en la distribución de la riqueza, aunque evidentemente el problema de fondo va más allá.

Aun más delicada es la situación de Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Michoacán, su valor del IDH los coloca al nivel de países africanos y asiáticos históricamente denostados por la pobreza. Si dichas entidades federativas fueran naciones independientes estarían en el lugar 106, en el mejor de los casos.

Lo anterior tiene su razón de ser en el bajo ingreso laboral que se paga en dichos estados. De acuerdo con información del Inegi en algunos de los estados mencionados más de 40% de las personas ocupadas reciben, cuando mucho, dos salarios mínimos por su labor diaria, ya sea como trabajadores asalariados o aun como dueños de su pequeño negocio.

Todo esto es sinónimo de la trampa de pobreza en la que se encuentra México, la cual abarca la mayor parte de su territorio.

Los límites del país se sintetizan en las dos entidades que tienen los mejores resultados, el Distrito Federal y Nuevo León. Si fueran países el primero se ubicaría en el lugar 43 y mientras que el segundo sería el 55, apenas por arriba de Kazajstán.

Ello a pesar de que concentran la mayor parte de escuelas, hospitales y empresas privadas de calidad mundial así como funciones del gobierno federal.

Por lo tanto 2015 finaliza como un año en el que los resultados económicos y sociales no fueron favorables, la inercia de la precarización que comenzó en 2006 se ha profundizado y el modesto crecimiento del PIB no ayudó a solucionarlo.

México debe buscar alternativas para un modelo que no genera bienestar, particularmente en un momento en el que la caída del precio del petróleo y la depreciación del peso anuncian una etapa de volatilidad financiera que no terminará con la decisión de la Reserva Federal de aumentar sus tasas de interés, esto sólo comienza.

Director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico

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