Toda partida de ajedrez es un duelo de razonamientos en que los argumentos y deducciones varían según las circunstancias. En ocasiones basta combinar ciertos datos, pero normalmente hay que razonar profunda y detalladamente a fin de poder doblegar a un adversario que pretende lo mismo: ganar. El acto de razonar consiste en elaborar juicios que se eslabonan unos con otros. A la pregunta, ¿qué es la razón? el filósofo alemán Karl Jaspers (1883- 1969) respondió: “La razón es claridad, la razón es deseo de unidad. La razón utiliza la lógica y sus métodos de categorías y de comprensión sólo para trascender. La razón es el supremo florecimiento de la sabiduría”. Desde el juego ciencia, el maestro Roberto Grau escribió:

“El ajedrez es un juego, en verdad, pero también una escuela de razonamiento. Si como juego merece ser difundido, se justifica mucho más ampliamente como pretexto para que el hombre joven se habitúe a razonar, a sacar conclusiones, a desconfiar del primer impulso, y, especialmente, a sintetizar su labor mental para crear el saldo de la misma: la respuesta justa. En esto, el ajedrez alecciona a la vez que entretiene”.

Para el buen ajedrecista, cada obstáculo es incentivo para razonar. Según el pintor Theodore Géricault (1791- 1824), “Si los obstáculos desalientan al talento mediocre, son, en cambio, el aliento indispensable del genio; lo sazonan, lo exaltan, cuando una senda fácil lo dejaría frío. Todo cuanto se opone al triunfal avance del genio lo irrita y le produce esa fiebre de exaltación que todo lo derriba y conquista para crear sus obras maestras”.

Ante el tablero, la capacidad de razonar da vigor y eficacia a las ideas. Como en la vida, la superación de los retos conlleva una estructura de orden táctico cuyas partes están unidas por la estrategia. El objetivo es la victoria; el medio, la razón. El poeta español Gustavo Adolfo Bécquer, en, Rimas, dice: “raudal en cuyas ondas/ su sed la fiebre apaga/; oasis que al espíritu/ devuelve su vigor… ¡Tal es nuestra razón!”.

Partida de la Copa Mundial de la FIDE que se disputa en Azerbaiyán. Las blancas vulneran la defensa del rey negro, lo paralizan, dinamizan la ofensiva y se imponen categóricamente.

Blancas: Radoslaw Wojtaszek (2741)
Negras: Julio Granda (2667)
Bakú, Azerbaiyán, septiembre 18 de 2015

Gambito de dama con 5. Af4 (Eco D37)
1.d4 Cf6 2.c4 e6 3.Cf3 d5 4.Cc3 Ae7 5.Af4 0–0 6.e3 Cbd7 7.Ae2 dxc4 8.0–0 a6 9.a4 Ch5 10.Axc4 Cxf4 11.exf4 c6 12.De2 Da5 13.Ab3 Td8 14.Tfd1 g6 15.Ce4 Cf6 16.Ceg5 Cd5 17.g3 Ad7 18.h4 h5 19.Ce5 Ae8 20.Df3 Af8 21.g4 hxg4 22.Cxg4 Ag7 23.h5 gxh5 24.Ce5 Cf6 25.f5 Txd4 26.Txd4 Dxe5 27.Tad1 Cd5 28.Ac2 exf5 29.Dxh5 Cf4 30.Dh7+ Rf8 31.Cf3 De2 32.Txf4 Dxc2 33.Td2 Db1+ 34.Rg2 c5 35.Txf5, rinden negras, 1-0.

rjavier_vargas@terra.com.mx

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses