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La semana pasada fue el cumpleaños de uno de los grandes de la ficción distópica, hablo de Eric Arthur Blair, o George Orwell para sentirnos más familiarizados, uno de los autores más citados cuando se habla de tecnología en la literatura. Orwell, inspirado por sus experiencias con los regímenes totalitarios de la primera mitad del siglo XX en Europa, escribió una de sus obras más conocidas: 1984, misma que ha inspirado a su vez a otros autores (Haruki Murakami y su 1Q84 es uno de los más recientes), películas, programas de televisión y quizá a alguien en alguna que otra agencia de investigación. Represión, vigilancia permanente y manipulación mediática son la constante en 1984 y, quizá para desgracia del autor, conceptos que se denominan hoy “Orwellianos”.
A casi 50 años de la publicación de 1984, algunos de los escenarios imaginados por Orwell están cada vez más lejos de la ficción, y si está pensando en alguna agencia gubernamental nacional o extranjera no se quede ahí, pongámonos más sutiles. Big Brother o el Gran Hermano fue un “reality show” que llegó a nuestro país en 2002, venía precedido del éxito en audiencias en España, una idea originalmente Orwelliana, con la gran diferencia de que las víctimas (o protagonistas) en la novela no se inscriben para ventilar sus vidas dentro de una casa; hoy, gracias a una famosa universidad gringa, existe la tecnología para saber si alguien está o no en una casa o edificio a través de las ondas del WiFi; cuando Microsoft sacó a la luz el Kinect, muchos se preguntaron a dónde iban realmente las imágenes que captaba la novedosa cámara del Xbox capaz de reconocer gestos; Amazon ha puesto a la venta un dispositivo, creado por ellos, que escucha –literalmente— a los habitantes de una casa y reacciona con base en ello para hacer listas de actividades, buscar artículos en Wikipedia o poner música, la escucha es permanente, lo que también ha despertado suspicacias. Existen desde hace un par de años, televisores que son capaces de detectar quien los está mirando, y se están desarrollando programas que puedan presentar comerciales personalizados. Los ministerios dependientes del gobierno en 1984 podían saber la ubicación de los ciudadanos, a través del teléfono Google guarda esa información, no sólo la del día sino la de meses o incluso años; qué decir de las cámaras instaladas a lo largo y ancho de las grandes ciudades, las autoridades son capaces de seguir y ver a un ciudadano en tiempo real durante kilómetros.
La novela de Orwell fue, en su momento, una crítica al nazismo y stalinismo que lograron influir en amplios sectores de la sociedad europea a través no sólo de discursos y la propaganda, sino de un control férreo sobre casi cualquier actividad social y cultural en la que participaban los ciudadanos. Orwell no imaginó que en ese distópico futuro, llegar a tener el control de las actividades de la sociedad sería una decisión que tomarían, en su mayoría, los mismos ciudadanos, por cuestiones de entretenimiento y por voluntad propia.
@Lacevos
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