Desde hace al menos 20 años el país ha sido incapaz de generar condiciones para tener un crecimiento económico sostenido con tasas mayores a las del aumento de la población. El índice anual promedio del incremento del Producto Interno Bruto se encuentra lejos del que se da en naciones asiáticas e incluso en algunas latinoamericanas.

La mejor época para la economía mexicana se vivió a principios de siglo cuando se ubicó en la novena posición mundial, en las mediciones que registra anualmente el Fondo Monetario Internacional. En esos años hubo voces de expertos, así como diversos estudios, que urgían a planear condiciones para que en unas décadas México se ubicara como la quinta economía del mundo.

Sin embargo, en casi dos décadas la situación ha sido, más bien, de deterioro. De acuerdo con información que hoy publica EL UNIVERSAL, en la clasificación que hace el Fondo Monetario Internacional sobre las economías nacionales, por el tamaño de su PIB, México retrocede un puesto y en lugar de ubicarse en el sitio 15 ahora es desplazado por Indonesia al 16; el peor registro en 21 años.

Analistas explican que la causa principal es la depreciación del peso frente al dólar, pues con la paridad actual la riqueza total mexicana expresada en esa divisa es menor a la del año previo. Lo anterior influyó sin duda en el descenso, pero los datos del FMI reflejan desde 2000 una caída constante o en el mejor de los casos, un estancamiento.

Con excepción de la situación actual —en la que hay focos amarillos por el crecimiento que ha tenido la deuda pública—, después de la crisis del 95 México es ejemplo en el manejo de la macroeconomía con variables como inflación y reservas internacionales en índices aceptables. ¿Qué ha fallado entonces? En el país, la corrupción y la inseguridad son problemas que llegan a salirse de control, además de que elevan costos para el desarrollo de las empresas, si no es que llegan a ocasionar su cierre o a ahuyentar inversionistas extranjeros y nacionales. Esos fenómenos siguen presentes y en la opinión pública se habla de ellos tanto o más que antes. Su anulación o disminución es necesaria para que el entorno económico sea de confianza.

En poco más de década y media se dilapidó la oportunidad de colocar a México en una mejor posición económica a nivel mundial, con el debido peso en la comunidad internacional que eso conllevaría. División política, corrupción e inseguridad dañan al país y se refleja en los resultados económicos. Es necesario superar esos obstáculos para contar con un ambiente económico sano que comience, al fin, a terminar con problemas como pobreza y desigualdad.

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