EL UNIVERSAL llega a este primer siglo de vida más fuertes que nunca, siendo líder en el mercado e influyendo a un creciente número de mexicanos de todas las generaciones, de jóvenes y de maduros; de mexicanos y de ciudadanos de decenas de países a quienes se distribuye El Gran Diario de México vía internet. Esa enorme diversidad es posible debido a las herramientas que hoy brinda la tecnología, desde luego, pero sobre todo es gracias a que este diario se ha ganado un lugar entre millones de personas como fuente confiable de información.

El objetivo final de toda compañía —generar recursos para crecer e invertir— es apenas una parte de la labor en El Gran Diario de México. Existe esa norma porque los medios de comunicación de referencia, como este periódico, tienen una responsabilidad social a partir de su capacidad de influencia.

En esa condición de fuente de confianza, este periódico llama a los mexicanos a no caer en la tentación de sumirse en el desánimo frente a los descalabros del ejercicio democrático.

No se propone ignorar las tragedias que ocurren con mayor frecuencia de la esperada, ni de fingir que enormes problemas como la pobreza y la inseguridad han desaparecido. Más bien se hace un llamado a no asumir que esas condiciones desafiantes son inamovibles y únicamente modificables cuando hay un proceso de destrucción de por medio.

En aquellos países donde el hartazgo social condujo a episodios de violencia, de caos, la recuperación de la normalidad implicó sacrificios incalculables que en algunos casos han hecho a los historiadores preguntarse si el remedio no salió más caro que la enfermedad. Hay que observar la situación actual en naciones que sustituyeron deficientes sistemas de gobierno con una vorágine de enconos cuyo costo económico, social y hasta de vidas no deja de elevarse.

Las soluciones fáciles de corto plazo —costosas años después— están a la vista en lugares como Iraq, Venezuela, Libia, Nicaragua, entre otros. ¿Alguien se atrevería a afirmar que México está en peor situación?

De ninguna manera debe minimizarse lo justificado del enojo con el estatus quo. La población tiene el derecho a exigir mejores condiciones de vida. Sin embargo, todavía es muy pronto para desechar la viabilidad de la democracia y de las instituciones. Incluso las poblaciones de las naciones desarrolladas ven inacabados los resultados de su proceso civilizatorio.

En este aniversario número 100, EL UNIVERSAL refrenda su compromiso de ser un referente de información confiable durante el próximo siglo. Esa responsabilidad implica también llamar a la unidad, a la paz y a la civilidad entre los mexicanos.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses