En lo que resta de 2016 tomarán posesión doce nuevos mandatarios estatales. Quedan para la antología del cinismo las maniobras que algunos gobernadores salientes están haciendo para asegurarse la impunidad.

Con prisa y sin pausa, César Duarte en Chihuahua, Roberto Borge en Quintana Roo, Egidio Torre en Tamaulipas y Javier Duarte en Veracruz, entre otros, siguen punto por punto el manual de la impunidad. Éste quizá no exista publicado, pero se está reeditando en múltiples ocasiones por la vía de los hechos. Va el manual, empezando por el prólogo:

De entrada, antes de cualquier cosa, propón a tu sucesor un quid pro quo de impunidad. ‘Tú no le busques a lo mío y yo me encargo de que los legisladores de mi partido no hurguen en tu pasado’.

De no aceptar el nuevo góber, aplica los siguientes diez puntos:

1. Impugna el triunfo del nuevo gobernador. Claro que, viéndolo bien, como dijo @VictorQuintanaS, ‘que el PRI impugne el triunfo de Javier Corral en Chihuahua es como si se quisiera revertir en la mesa la goliza 7-0 que nos recetó Chile’.

2. Destruye cualquier documento que pueda incriminarte. Quema archivos, desaparece expedientes, llévate papeles a tu casa. Repite mil veces: ‘a mí ya me auditó el Congreso del estado y mis cuentas públicas salieron adelante sin problema’.

3. Contrata nuevos empréstitos y deja la tesorería vacía. No repares en que quebraste a tu estado; siempre es necesaria una lanita en el último empujón. ¿Que la nueva deuda es para pagar nómina y no para inversión? No importa, falsifica documentos, de aquí a que Hacienda se dé cuenta ya la hiciste.

4. Retrasa los acuerdos sobre la entrega-recepción. Insiste en poner reglas absurdas que impidan que el proceso se lleve a cabo normalmente.

5. Dificulta de mil maneras la transición. Invéntale historias al equipo del que va a entrar. Filtra información sesgada en los medios que todavía controlas. Envenena el ambiente para el que llega.

6. Difunde en todo lo alto que en Los Pinos no le van a ayudar a tu sucesor a castigar a los rateros; ya quedó claro que la PGR nomás está de espectadora ante los latrocinios cometidos. Desliza que tú también cooperaste para la campaña del ‘preciso’. Ya entendimos que el partidazo no se va a reformar, sólo va a continuar diciendo que lo hará.

7. Retírale el fuero a tu sucesor. Aprende de Duarte el veracruzano: haz que la legislatura estatal le quite la protección al nuevo titular del Ejecutivo, pero deja sin cambios el fuero para legisladores y alcaldes. Que se vea que es un traje a la medida, personalizado, especial para quien va a ocupar la silla que (todavía) te pertenece.

8. Nombra funcionarios transexenales que tu sucesor no pueda remover. Métele un calambre, pon a alguien de zar anticorrupción o de fiscal estatal, o con el título que quieras, pero con dedicatoria —piedras en los zapatos de quien se estrena como góber.

9. Realiza un juicio político en contra tuya… para absolverte de toda falta. Ahora que todavía tienes en el bolsillo a los legisladores estatales, instruye a uno de la oposición para que promueva un juicio político contra ti. Al fin y al cabo los legisladores te van a exonerar, con el propósito de que la legislatura estatal entrante no te pueda volver a juzgar por el mismo delito. Aprende de Ulises el oaxaqueño: él se salió con la suya, se robó el dinero para hacerse de un hospital en la Ciudad de México y sigue tan campante. No lo tocaron ni con el pétalo de un citatorio.

10. Abandona tu estado la víspera del final de tu mandato, pretextando una cacería de brujas. No es para menos, pues las cosas se están poniendo color de hormiga, el estado es muy inseguro y es mejor poner una sana distancia del terruño. No vaya a ser del diablo.

Profesor Asociado en el CIDE

@Carlos_Tampico

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