A 20 días de las elecciones en Estados Unidos, varias reflexiones van quedando cada vez más claras de esta elección.

1. Encuestas cerradas. La mayoría de las encuestas recientes, posteriores al segundo debate, dan por ganadora a Hillary Clinton: NBC News/The Wall Street Journal, le da una ventaja de 10 puntos porcentuales; Fox News, 8 puntos; y ABC News/Washington Post, 4 puntos. No obstante, las encuestas de Rasmussen Reports y LA Times ponen a ambos candidatos en empate técnico.

Las encuestas agregadas o poll of polls reportan mayor ventaja para la candidata demócrata, por ejemplo, The Upshot, que al 17 de octubre le daba a Clinton una probabilidad de 90% de ganar. Y en lo que se refiere a los estados, el mapa electoral de Real Clear Politics arroja que Clinton obtendría 256 votos electorales de los 270 necesarios para ganar y Trump 170.

Si bien hoy los datos disponibles favorecen a Clinton, debemos tomar en cuenta que todavía faltan 20 días y un tercer debate que se realizará mañana, y que la elección ha estado muy cerrada en varios momentos de la campaña, especialmente a finales de mayo, a finales de julio y a mediados de septiembre.

2. Candidatura sorpresiva. Al principio pocos esperaban que Trump obtuviera la candidatura. No obstante, el resto de los pre candidatos con mayor trayectoria política, e incluso pertenecientes a familias de gran peso en la política estadounidense no supieron apelar al descontento que amplios sectores de la población sienten hacia las políticas de Obama.

Trump sí lo logró. Se salió de los estándares de los políticos tradicionales y dijo lo que la gente piensa. Abandonó la rectitud política, razón por la que no fue tomado en serio, pero que resultó muy atractiva para buena parte de la población.

Sus propuestas radicales podrían generar descontento en algunos sectores, pero ofrecen un diagnóstico simple y llano de los problemas de su país. Suenan innovadoras, honestas, resultan útiles para atraer el voto, pues atienden puntualmente los reclamos de la ciudadanía, aunque sobresimplifiquen los problemas y ofrezcan soluciones inviables. Son particularmente atractivas para los menos informados o interesados en el fenómeno político.

3. La guerra sucia está para quedarse. En esta elección la constante no ha sido el debate de ideas sino el desprestigio entre candidatos. El ataque ha sido uno de los recursos más utilizados en la campaña de Trump, destacando últimamente en contra de temas relacionados con las infidelidades de Bill Clinton, los correos enviados por Hillary a través de servidores privados, e incluso su reciente insinuación de que usó drogas en el segundo debate.

Clinton ha optado por seguir la misma lógica, al grado de que hoy lo más sobresaliente de la campaña demócrata han sido los señalamientos sobre el carácter misógino de Trump, los cuestionamientos sobre el pago de sus impuestos, y más recientemente el video en donde Clinton lo compara con diversos bullies de películas de Hollywood.

¿Qué lecciones nos deja la elección vecina para México? En primer lugar, que nada está escrito para 2018. Quién hubiera imaginado hace unos meses que el Reino Unido votara por la salida de la Unión Europea, que los colombianos votaran por el NO a los acuerdos de paz entre el gobierno y las FARC, o que en nuestro país vecino un candidato como Donald Trump tuviera posibilidades reales de ganar las elecciones.

Lo que es un hecho es que, si en una democracia como la norteamericana la elección estuvo marcada por propuestas radicales y guerra sucia, nada salvará a nuestro país de fenómenos similares, sobre todo si tomamos en cuenta el entorno de polarización y las campañas negras en los procesos de 2016.

A bote pronto. Si este año estuvo marcado por la polarización y las acusaciones mutuas. ¿Qué podemos esperar para 2017?

Especialista en comunicación, gestión de gobierno, campañas políticas y opinión pública

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