Tengo la sensación de que el problema de Grecia lo estamos enfocando sólo con la perspectiva económica. Esa es la parte que se ve, la punta del iceberg. Pero debajo, hay mucho más.

Para empezar, no es como dicen, un problema de Europa, entre otras cosas porque Europa no existe. Existen intereses de unos y otros, de tirar del carro hacia dónde más les convenga. Pero esa Unión Europea, que se nos llena la boca cada vez que hablamos de ella, es una entelequia con muchos adornos pero, son sólo eso, adornos.

Hay dos posturas muy distintas con respecto a Grecia. Por una parte están Francia e Italia que ven a Grecia como un rancho, su rancho, el rancho de todos un poco que no molesta y al que se le puede sacar sus réditos —eso sí, cuando se arregle su situación, que hoy parece imposible—.

Por otra parte está Alemania, que ve al gobierno heleno de Alexis Tsipras como un Ejecutivo mentiroso. (La canciller alemana Angela) Merkel y sus correligionarios piensan —y tal vez, no les falte razón— que lleguen al acuerdo que lleguen, los griegos no lo van a cumplir. Los teutones se han hartado de mantener al hijo griego que no sabe qué hacer con su vida y que todo se lo gasta en francachelas. ¿Qué quisiera Alemania? Invitar a Grecia a que se fuera marchando de una manera suave, elegante y decorosa.

Eso sí, la posibilidad nada remota de que Grecia salga de la Unión Europea y del euro, podría acarrear consecuencias indeseables. Para empezar, el país sería un 50% más pobre. Esa pobreza inmediata podría desencadenar en un Estado fallido. En lo que todos los países europeos están de acuerdo es, precisamente, en que Grecia no llegue a un nivel de violencia en las calles tan preocupante como para bordear límites indeseables.

Si Grecia se cae, Turquía, su eterno rival, se haría mucho más fuerte en todos los aspectos y el régimen, cada vez más extremista del presidente (Recep Tayyip) Erdogan, se convertiría en una amenaza para toda Europa.

Está también Rusia, pero Rusia y (el presidente del país, Vladimir) Putin abrazado a Tsipras, como vimos recientemente en una fotografía, es eso, una fotografía y los dos lo saben. Rusia tiene una musculatura militar de gigante pero sólo tiene eso. Carece de liquidez, que es lo que le hace falta a Grecia. Los helenos pueden ser aliados de los rusos, pero de dinero ni hablar.

Y por último las consecuencias que tendría para las economías ribereñas como España, Portugal o Italia, serían muy duras. Pero de todos los males, que son muchos y muy serios, ese es el mal menor.

A pesar de que ya se le han hecho dos quitas importantes, su deuda sigue siendo inasumible. Sin embargo, a estas alturas tan peligrosas, es mejor tener al enemigo en casa que no al loco haciéndose volar a él y al resto.

alberto.pelaezmontejos@gmail.com
Twitter @pelaez_alberto

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