La ventaja de vivir en España y poder viajar con frecuencia a México es que uno se da cuenta del cambio y crecimiento del país. Si lo comparo con la década anterior, México ha corrido a velocidad supersónica; mucho más en 20 años donde estamos a años luz de los 80’s y 90’s. La pujanza y el dinamismo son incuestionables.

Sin embargo, también desde España se ven los problemas del país, sobre todo aquellos que trascienden al exterior. La inseguridad es, tal vez, el hecho que diferencia al México próspero y pujante con uno más virulento. Pero no es lo único. El hampa, el narcotráfico y sus tentáculos por varios estados, los asesinatos de Ayotzinapa, las fosas regadas de cadáveres o las huelgas de maestros, son las noticias que llegan con más frecuencia. Los medios de comunicación europeos tampoco ayudan a mejorar la imagen.

Son pocos los que saben de las reformas del presidente Enrique Peña Nieto, a pesar de que no calen aún en la ciudadanía. Se conoce lo negativo. Todo ello alimentado —lamentablemente— con leyendas urbanas fomentadas por algunos de los que han visitado México.

Hace pocos meses se celebró la Feria Internacional de Turismo, FITUR. México, como siempre, estuvo muy presente. Sin embargo, el marketing y la comunicación sobre el turismo de México tiene la misma dispersión que los que están al cargo de la Secretaría de Turismo. No puede ser que sólo se hable de México en España recordando al narco y las muertes violentas. Así es durante todo un año. No puede ser que páginas enteras hablen de una violencia casi permanente.

Todo eso desaparece cuando llega FITUR. Entonces, de buenas a primeras España se engalana de imágenes idílicas, con bosques policromados y playas exuberantes. No puede ser, porque teniendo todo eso y mucho más en México, la opinión pública española sabe de la violencia y no de que los estados son tan mágicos y seductores como nuestra propia cultura.

España se decora de espectaculares de México desde el aeropuerto de Barajas a decenas de camiones que deambulan por Madrid. Son sólo unos días, lo que tarda FITUR. No tengo idea todo lo que pueda costar tal cantidad de medios, aunque imagino que bastante. Pero lo peor es que no se reditúa.

La secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu, debería primero saber cómo limpiar la imagen y luego, entonces sí, dar a conocer todas las bondades que México ofrece y que son innumerables. Pero es que además este año México trajo en FITUR un eslogan: “Cómo explicar lo inexplicable” que, en el mejor de los casos, tiende a la confusión.

¿Es que nadie puede explicarle a la secretaria que el mensaje del eslogan es un auténtico dislate? Yo sí entiendo lo que realmente quiere decir, pero recuerdo que soy una persona bicultural que conoce perfectamente México. El eslogan quiere dar a conocer la grandiosidad de nuestro país y sus excelencias.

Sin embargo, para el españolito de a pie, el mensaje —con la imagen que se tiene en la actualidad de un México violento— resulta absurdo. Muchos europeos no quieren ir a México para que “les expliquen lo inexplicable”, sobre todo con los últimos acontecimientos de Guerrero, o personas destruyendo boletas o quemándolas el pasado domingo durante las elecciones.

Alguien me decía hace unos días que el eslogan ya iba arrastrando desde hacía tiempo. Bueno pues como está la situación en México, se busca otra leyenda, pero no lo absurdo de explicar lo inexplicable. Lo digo también por el dineral que se han gastado en adornar España de México durante muy pocos días y que sirve para muy poco. Creo que deberían dar una vuelta de cómo captar turistas y explicarles cómo viajar sin temor; y no un eslogan que sólo evidencia una falta de conocimiento.

Por cierto, deberían venir los necesarios. Lo digo porque en cada FITUR, cuando llega el fin de semana, desaparece todo el mundo de sus stands y se van a conocer Madrid o a ver partidos de futbol. Que vendan más México y se dejen de partidos.

alberto.pelaezmontejos@gmail.com
Twitter @pelaez_alberto

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