En Columbus todo terminó a las 7 de la mañana, luego de que Francisco Villa dio órdenes de seguir adelante sin descanso hasta poner tierra de por medio.

Aquel ataque permitió a Villa en primer lugar cobrar venganza por el robo de dinero; en segundo desestabilizar el gobierno de Venustiano Carranza, hacerse de recursos que le hacían falta y conseguir más adeptos.

Lo ocurrido causó gran escándalo en ambas naciones, el Senado y la Cámara de Estados Unidos exigían al presidente Woodrow Wilson la inmediata intervención militar en México. La prensa también amarraba navajas entre la población incitando venganza y reforzando el deseo de intervención.

En 5 días se resolvió enviar a México a 15 mil soldados. En un inicio la presencia de tropas se disfrazó diciendo que sólo se trataba de desbaratar una banda de forajidos, pero todos sabían que el ejército más poderoso del mundo venía por Villa.

Como general en jefe del ejército estadounidense viajaba a la punta de la columna el condecorado y prestigiado general John Pershing, quien en un caso insólito fue ascendido de capitán a general.

Villa y Pershing se conocían. En agosto de 1914, casi dos años antes del ataque a Columbus, ambos generales sostuvieron reuniones en el Paso, Texas, e incluso Villa mandó una carta de condolencias cuando la esposa de Pershing y dos de sus hijas murieron al incendiarse su casa el 27 de agosto de 1915.

A la persecución de Villa la llamaron Expedición Punitiva

La Expedición Punitiva, como se le nombró a esta misión militar, tenía altas expectativas; era la primera vez que aquel ejército utilizaba aviones y vehículos motorizados.

El gobierno de la Casa Blanca ofreció una recompensa inicial de 5 mil dólares a quien entregara al Centauro del Norte vivo o muerto.

En Namiquipa, Chihuahua, se establecería el primer aeropuerto militar en América Latina, con 13 aeroplanos que no fueron de mucha ayuda. Pershing, empeñado en su promesa de llevar a Villa a Estados Unidos, enviaba tropas por los lugares donde se tenía conocimiento de la presencia de villistas.

Al final, la Expedición Punitiva fue sólo un costoso entrenamiento para los soldados, que después fueron enviados a la ya avanzada Primera Guerra Mundial. El prestigio de Pershing quedó inmortalizado en un monumento en Washington, con una extensa lista delas misiones en las que participó. Adivine usted lector, ¿cuál fue la única que faltó?

EU reconoció a Villa

Al ser Villa nombrado por el presidente Wilson como Enemigo Público de Estados Unidos, pensaríamos que sería repudiado en aquel país. Resultó lo contrario: su nombre encabeza un restaurante en Nueva York y dos en California. También hay monumentos a él en Los Ángeles, Chicago y Tucson.

Así, Villa se ha convertido sin saberlo en un promotor del turismo estadounidense. Incluso en Columbus existe un parque con el nombre de su atacante y se hacen cabalgatas conmemorativas desde 1999.

Esta historia se cierra con sello de oro: el 5 de mayo de 1963, Luz Corral, última esposa de Villa, fue homenajeada y nombrada “Ciudadana de Columbus”. Es la única mujer del mundo condecorada en el país donde el marido fue enemigo público.

Para muchos el ataque fue una barbarie, para otros una hazaña, para él justicia pura.

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