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Con consignas bien armadas, mineros de diversos estados salieron de los subterráneos para manifestar el apoyo del sector hacia Andrés Manuel López Obrador. Aprovecharon también para mostrar el músculo que mantiene su líder exiliado en Canadá, Napoleón Gómez Urrutia, quien será contendiente de Morena al Senado.

“Andrés Manuel a la Presidencia/ al Senado, Napoleón/ los mineros, presentes/ en el proyecto de nación”, entonaron a grito seco los integrantes de este gremio frente a las instalaciones del INE.

Los miembros del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros Metalúrgicos de la República Mexicana llegaron temprano a la sede del INE para presenciar la solicitud de registro de López Obrador como candidato presidencial por la coalición Morena-PES-PT. Mostraron la organización que tienen para apoyar la campaña del tabasqueño, quien se enfila a una tercera campaña presidencial.

Sin embargo, playeras y mantas con la cara de Napoleón Gómez Urrutia convirtieron el registro de López Obrador en un mitin en el que se exigían garantías para que su líder sindical regrese a México.

El mitin acabó cuando López Obrador llegó al INE. Los mineros cambiaron el chip de sus consignas y ahora los gritos eran a favor del tabasqueño: “El PRI está temblando, Obrador va llegando”.

AMLO, con su clásico traje negro —el mismo color que utilizó en su registro de 2012—, partió plaza. De la mano de su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, entró al auditorio del INE para entregar sus documentos oficiales a los consejeros a quienes en otros momentos ha tachado de cínicos. Afuera, los mineros no cesaban sus consignas.

Como hace seis años, el discurso antifraude salió a relucir. Primero, Yeidckol Polevnsky, líder de Morena, encaró a los consejeros electorales para que desarrollen una campaña de información dirigida a los ciudadanos con el fin de que no vendan su voto. En el auditorio del INE, la morenista puso su corazón y confianza en el INE.

Dos discursos después, López Obrador pasó al frente a entregar sus documentos. El presidente del INE, Lorenzo Córdova, los recibió, los puso en una mesa y los firmó de recibido. Tras el protocolo, AMLO y Córdova se dieron un breve abrazo y los operadores, estrategas y el gabinete adelantado del tabasqueño se entregó al grito de: “¡Presidente, Presidente, Presidente!”.

López Obrador salió del auditorio y se enfiló a un escenario puesto en el patio central del INE. Junto a su esposa, entonó un discurso de 25 minutos. Lanzó un mensaje de reconciliación y de perdón adelantado para sus adversarios y, sin nombrar al PRI, es decir a los encargados del poder político, les dijo que no guarda rencores y no habrá venganzas.

Al concluir, AMLO se acercó de nueva cuenta al micrófono y se despidió diciendo: “La tercera es la vencida”.

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