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En una época en la que hay una sobre exposición de imágenes en Internet, la traductora Alma Delia Miranda decidió que era oportuno publicar una selección de Historia trágico-marítima, de Bernardo Gomes de Brito, relatos marítimos típicos de la tradición literaria portuguesa del siglo XVIII, ya que pertenecen a una época en la que “sólo se podía pintar con las palabras”.

En entrevista, Miranda habla de los retos a los que se enfrentó para hacer la traducción, la importancia de recibir apoyos para esta tarea y de los nuevos desafíos para los traductores.

Cuenta que inició este proyecto titulado Historia trágico-marítima. Selección, en su juventud, motivada por su pasión y con un apoyo del Fonca. “Los apoyos son fundamentales y me parece que debería haber más, porque hay mucha literatura, en este caso en lengua portuguesa, que merecería la pena que se conociera”, afirmó la también docente de Letras portuguesas de la UNAM.

Años después, mientras realizaba la traducción de Sobre un comba y otros cuentos, de Manuel Rui, para la Universidad Veracruzana, se enteró que el país invitado a la FIL de Guadalajara de 2018 era Portugal, y propuso a la Universidad publicar la compilación que había traducido de Gomes de Brito.

“Al iniciar este proyecto sabía que iba a recibir apoyo porque son textos importantes y también muy ligados a una cultura marítima, que es la cultura portuguesa; me pareció que podría ser bastante atractivo”. Y así fue, no sólo logró contar con el apoyo editorial de la Universidad Veracruzana, sino también de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas de la República Portuguesa y del Instituto Camões de la cooperación de la Lengua de Portugal.

Gracias a estas colaboraciones, Miranda obtuvo los recursos económicos y de investigación para poder añadir notas a su traducción con el objetivo de publicar una edición ideal no sólo para los estudiosos del tema, sino también para un lector curioso.

Obtuvo los derechos para publicar en su edición al español un estudio realizado por el escritor italiano Antonio Tabucchi y el prólogo que escribió José Saramago en los años 70 para la edición en portugués, ambos traducidos por ella misma, lo cual fue un gran reto debido a que la Fundación Saramago no estaba segura de permitir que ella se encargara del proceso y no su traductor oficial, pero una muestra del trabajo de Miranda bastó.

Para esta edición se hizo una selección de cuatro relatos bajo el criterio de presentar variedad de estilos. “Hay que ser muy consciente con lo que se puede realizar durante el periodo de la beca. El trabajo intelectual también es trabajo, no se puede hacer un trabajo intelectual sin recibir una remuneración; parte de la revaloración intelectual es recibir un pago”, afirmó cuando explicó que para hacer la traducción de las 12 relaciones marítimas que originalmente componen Historia trágico-marítima tendría que ser un trabajo de tiempo completo.

El hecho de no presentar la compilación en su totalidad no significa que los desafíos al momento de traducir hayan sido menores. Afirmó que no basta con saber portugués porque se enfrentó a un texto lleno de tecnicismos náuticos propios del siglo XVIII. Además de las referencias culturales y geográficas, los lugares que tenían cierto nombre en esa época no necesariamente se llaman igual hoy en día. También eran tiempos de exploración y descubrimiento de lugares, de flora y fauna, y el poder identificar a qué se referían en las descripciones hechas por los viajeros presentó un gran reto para Miranda.

Otro obstáculo fue la sintaxis, porque es una lengua con frases muy largas, y palabras difíciles de localizar en diccionarios dada la antigüedad de la compilación, sin tener certeza de si eran erratas y esto se complicó debido a la escasez de ediciones críticas en portugués.

La traductora comentó que cuando inició el proyecto no era tan accesible el Internet, y que hoy el traductor “la tiene más fácil” por toda la información que ofrece, no obstante, advirtió: “Es un peligro, puede que nos gane la flojera, que no entendamos el texto y prefiramos usar los traductores (en línea). Hoy sí hay muchas ventajas, pero el toque humano es irremplazable”. Toque que está en su traducción, desde el prólogo de Saramago hasta la última nota al pie de página para ofrecer una edición al español única.

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