El concierto “Tengo un sueño” es la presentación de los resultados que hasta ahora ha obtenido el programa estrella de la Secretaría de Cultura, al que se le destinaron 400 millones de pesos y en el que prácticamente se han centrado todos los esfuerzos de la dependencia a cargo de Alejandra Frausto. Hace unos meses los principales funcionarios culturales que están a la cabeza de este programa, como Esther Hernández, reconocieron que estaban fallando en la estrategia de comunicación que les permitiera dar a conocer lo que hacen; mañana podrían demostrar si consiguieron enmendar o no esa estrategia. El Auditorio Nacional, recordemos, es uno de los recintos para espectáculos más grandes del país, tiene 10 mil butacas y los boletos para “Tengo un sueño” cuestan sólo 1 peso. Ayer, a través de un tuit, la secretaria anunció que están agotados. Muy bien. ¿Cuántos boletos se pusieron a la venta, cuántos fueron repartidos como cortesías y cuántos adquiridos en taquilla?, ¿en dónde, cómo y a quiénes se les repartieron las cortesías? Son algunas de las preguntas que la vocería de la Secretaría de Cultura no ha podido atender. Nos cuentan que hace unos días la subsecretaria de Diversidad Cultural, Natalia Toledo, publicó en su cuenta de Facebook que tenía 200 boletos para repartir, luego anunció que tenía otros 60. A la gorra, se dice, ni quién le corra. ¿Cuántos más repartieron boletos de a montón? Si mañana el Auditorio está a reventar será una gran noticia, un incentivo para el esfuerzo de los pequeños y de sus maestros; pero ¿cuántos serán asistentes interesados, que genuinamente quieren vivir la experiencia? En los últimos días hemos visto videos de Natalia Lafourcade, Gustavo Dudamel, Alondra de la Parra, de niños y adultos participantes, que invitan al concierto; las redes de distintas dependencias de la Secretaría llaman a asistir, habrá transmisión por los medios públicos. Frausto, nos dicen, invitó a medio mundo; con ese ímpetu, claro que se llenan 10 mil butacas, ya se verá si una gran mayoría de ese público es orgánico o no. ¿Verdad que sí es importante la difusión? Por años los artistas han demandado apoyo en la difusión de sus obras porque los teatros muy rara vez tienen llenos totales, a veces no llegan ni a la mitad de su aforo.

¿Traerá el Tren Maya nuevos servicios a zonas arqueológicas?

El viernes pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador dedicó su conferencia matutina para hablar sobre la consulta del proyecto del Tren Maya que contempla atravesar por municipios de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Ahí, Rogelio Jiménez Pons, director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, habló sobre los beneficios del proyecto en rubros como el medio ambiente, el desarrollo económico y patrimonio cultural. En lo cultural señaló que el proyecto ayudará a “facilitar el acceso a múltiples zonas arqueológicas”. Esa declaración ha sido la constante, sin embargo, ¿con qué servicios como sanitarios, cuerpos de seguridad, luz, agua y mantenimiento operarán esas zonas arqueológicas? La pregunta cobra relevancia porque en diferentes momentos de este año, trabajadores de base y de confianza, así como investigadores, académicos y docentes del Instituto Nacional de Antropología e Historia —que salvaguarda el patrimonio mexicano— se han manifestado, denunciado y encabezado protestas debido a su bajo presupuesto. ¿Entonces, habrá mayor presupuesto o dejarán las zonas arqueológicas a la voluntad del pueblo?

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