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El Programa Nacional de Cultura Comunitaria inició en San Pablo del Monte y Tenancingo, Tlaxcala (25 de febrero); Atoyac de Álvarez, Guerrero, y Pátzcuaro, Michoacán, cuatro de los 720 municipios elegidos por la Secretaría de Cultura, dependencia que no dio a conocer cuál es el calendario de actividades.

El proyecto más importante de la administración encabezada por Alejandra Frausto tiene cuatro ejes: Misiones por la diversidad cultural, Territorios de paz, Semilleros creativos y Comunidades creativas y transformación social, con un presupuesto de 400 millones de pesos, gestionados a través de la Dirección General de Vinculación Cultural.

Alejandra Frausto explicó que el programa busca conformar una cultura para la paz y la convivencia, la transformación social y el desarrollo cultural comunitario, e iniciaron con los municipios que requieren “atención más urgente”. Además estarán involucradas las secretarías de Educación, Medio Ambiente, Gobernación, Seguridad y Economía, y organismos internacionales como la UNESCO, aunque no especificó cómo participarán.

Frausto y Esther Hernández, titular de Vinculación Cultural, coincidieron en que para el Programa Nacional de Cultura Comunitaria retomaron experiencias previas. La principal fue “México, Cultura para la armonía”, proyecto implementado por Alejandra Frausto durante su gestión en la Dirección de Culturas Populares (2013-2017).

Ambas funcionarias comentaron que los 720 municipios fueron seleccionados tras un diagnóstico, documento en el que se lee, se hizo un cruce entre índices de Municipios con índices delictivos, índices de violencias (feminicidios y violencias hacia infancias) y Municipios de mediana y alta marginación, difícil acceso o desarticulados de políticas e instituciones culturales.

El documento de 21 páginas explica los ejes de acción del programa, aunque no especifica qué instituciones colaboraron para el diagnóstico, sólo se enumera la bibliografía, con textos como la “Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumos Culturales 2010” y “La evolución de la pobreza 2010-2016. Comunicado de prensa no. 09. México CONEVAL”.

El análisis. En el diagnóstico del proyecto no está especificado qué es Cultura Comunitaria. Al respecto, Esther Hernández la definió como lo que “generalmente se refiere o se acerca al tema de las comunidades indígenas pero no son solamente ellas. Lo comunitario parte de algo en común y eso en común planteamos que es nuestra cultura”.

Sin embargo, Carlos Lara, experto en políticas culturales; Alicia Juárez, doctora en Antropología por la UNAM, y Fernando Martínez, maestro en Antropología Social por la Universidad Iberoamericana, coincidieron en que el Programa Nacional de Cultura Comunitaria es ambicioso, pero ambiguo.

“Qué está entendiendo el gobierno por cultura comunitaria. El proyecto es muy ambicioso pero carece de visión. Es más un acto de administrar bienes y no de gobernar personas. Un programa de cultura comunitaria es llevar bienes y servicios de forma estructural y no coyuntural. Aquí el gobierno es un facilitador y entendiendo cultura comunitaria como acciones, programas y estrategias que van encaminadas a recrear la identidad cultural de estas comunidades, enriquecer su desarrollo”, dijo Carlos Lara.

Fernando Martínez indicó que se debería entender cultura comunitaria como el “conjunto de creencias, valores, prácticas y rituales, e incluso objetos culturales, que son producto de las comunidades y que se han construido históricamente a partir de procesos sociales, económicos, culturales y políticos”.

De acuerdo a lo planificado, el programa inicia en 720 de los 2 mil 458 municipios de México, y en tres años tendrá cobertura nacional.

“Es complicado que el programa tenga cobertura nacional en tres años, tendría que haber comunidades piloto, trabajarlas uno o dos años, y luego tratar de implementarlo a nivel nacional. Lanzar un programa sin pilotearlo es arriesgado”, sostuvo Fernando Martínez.

En Michoacán, Tlaxcala y Guerrero se han realizado talleres de turismo comunitario, de dibujo y pintura, además de encuentros de poesía, conciertos de flauta a cargo de Horacio Franco y actividades de rap, breakdance y grafiti, entre otros, que, de acuerdo con Alicia Juárez, deberían analizarse.

“El proyecto de cada municipio tendría que tener un objetivo, no podemos hablar de uniformidad en todo el país. Se tendría que atender las necesidades básicas sujetas a geografía, historia y a las claves estructurales de cada uno de los municipios. Las problemáticas no son iguales y por supuesto que la comunidad o la cultura comunitaria no es igual. Nunca debemos generalizar”, comentó Juárez.

El antropólogo Fernando Martínez añadió que “es un error pensar que desde el asunto de la cultura se pueden modificar prácticas de violencia, porque no estás considerando otras variables que determinan los comportamientos y actitudes de las personas. Cruzar variables donde se asocia pobreza con violencia es uno de los errores que ha cometido el gobierno federal. Son variables importantes, pero no las podemos pensar como causa-consecuencia. Hace falta evidencia”.

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