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En la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, que fue afectada por el sismo de septiembre, el peligro sigue latente. En la primera etapa de trabajos de rescate, la Secretaría de Cultura invirtió 2.9 millones de pesos que incluyeron la colocación del andamiaje, el retiro de escombros y protección de las piezas religiosas, pero en el último mes se han registrado nuevas fisuras, según reportan trabajadores de la iglesia en la Guerrero, a quienes también preocupan las lluvias, como la que se registró el miércoles. “Ayer entré cuando estaba lloviendo y el agua escurría por las grietas, se filtra por ahí. Si sigue lloviendo puede ser un riesgo”, dijo el sacristán Marco Antonio Fuentes en una visita al lugar.

Agregó que a principios de este mes, trabajadores de la Secretaría de Cultura realizaron una visita de inspección y notaron que hay áreas en la cúpula y en las paredes con nuevas fisuras. Algunas placas de yeso que se había colocado como testigos se rompieron. “El riesgo está latente, puede hacer un efecto dominó si se cae algo en cualquier momento. El problema es que hay 300 toneladas allá arriba y no sabemos cómo se va comportar el edificio”, añade Fuentes, quien confirmó que los andamios ya no serán retirados, como lo había dicho la Dirección de Sitios y Monumentos de la Secretaría de Cultura.

En diciembre, el arquitecto Raúl Delgado, titular de dicha dependencia, declaró a este diario que contemplaban el retiro de andamios debido a los costos que generaba y a la falta de recursos para pagarlos. Señaló que el retiro no afectaría la estabilidad del inmueble y que, a cambio, harían inyecciones en las grietas. En días recientes, el padre José de Jesús Aguilar, de la Comisión de Arte Sacro de la Arquidiócesis de México, alertó que si los retiraban la cúpula ya fracturada podría colapsar.

Ayer, en entrevista telefónica, Delgado aclaró que los apuntalamientos sí se mantendrán y explicó que la idea de retirarlos se debió a un tema meramente administrativo. Para la primera etapa de rescate, el FONDEN les otorgó 2.9 millones de pesos, pero solo podían ser ejercidos en 30 días.

Una vez cumplido ese plazo, ya no se podía pagar la renta. No obstante, dijo, se logró un acuerdo con la empresa arrendadora, Sakbé, para que los mantuviera mientras se conseguían más recursos. “No los vamos a quitar, primero acudimos a la ética profesional de la empresa en lo que se exploraba el tema de los recursos o veíamos si donaba una parte, sabe que se necesitan”. Admitió que las lluvias son un peligro, pero confía en que paren, pues en este caso colocar lonas podría crear un efecto negativo. “Podríamos ejercer presión que induciría movimientos en la cúpula”.

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