“Este oficio no es una acción aislada. No es el pataleo de todos los años”, dice Bolfy Cottom, investigador de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia ( ), después de que se dio a conocer un oficio de la Secretaría Administrativa del Instituto, del 29 de diciembre, que determinaba que “no deberá convocarse a laborar a ninguna persona que haya estado contratada como personal eventual al 31 de diciembre de 2021”.

“Con acciones de este tipo se da la razón a los que dicen que el Instituto ahora está gobernado en su parte fundamental, sustantiva, por lo administrativo, que el INAH es la administración, en lugar de los objetivos por los que se creó. Ese cuento que nos han vendido, de que esta es una izquierda distinta, no es tal. Esta es una tecnocracia. Es más neoliberal que el neoliberalismo. Más perjudicial. Todo aquello que es memoria: el INAH, el , el con lo que ahora está pasando, la Fonoteca, todo eso está severamente afectado; volvemos al folclor, a los indios como una especie de bandera, es la misma visión paternalista de la Colonia”, dice el especialista en política cultural y exsecretario técnico del INAH (2013).

Ante los cuestionamientos por ese oficio, ayer el INAH publicó un comunicado en el que asegura que “las trabajadoras y los trabajadores eventuales que laboraron en el año 2021, cuyas funciones y tareas estén plenamente justificadas y apegadas a los encargos sociales del INAH, serán recontratados en este 2022”.

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El oficio que envió el INAH a sus unidades administrativas, y que de manera particular rechazó la comunidad de la ENAH, encierra una gran contradicción, asegura Bolfy Cottom. Por una parte se apega a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, pero deja por fuera los programas sustantivos de la Institución, que son conservación, investigación y difusión del patrimonio. Se pregunta: “¿Por qué esta actuación deliberada, dolosa, con una interpretación de la ley que pasa por encima de las actividades sustantivas del Instituto, sin respetar los proyectos de presupuesto que cada unidad administrativa presentó, de acuerdo a sus necesidades y que, sin duda, vienen ya muy castigados porque este asunto empezó desde 2019”.

Ese año, recuerda el investigador, quedó claro el recorte y la situación que ha enfrentado tanto el sector de la cultura como el de la ciencia con este gobierno. “El 2019 es un año que pasará a la historia no sólo para el INAH sino para toda la ciencia, la academia y la investigación. En julio de ese año realizamos una discusión sobre lo que veíamos venir; ese año quedó clara la reducción en el prepuesto y se presagiaba desde entonces un ataque furibundo a la ciencia”.

Por eso no cree que sea de celebrar el presupuesto aprobado para la secretaría de Cultura este año, de casi 15 mil millones de pesos, porque, explica, 3 mil 800 millones son para el proyecto de Chapultepec, y eso es mucho más de lo que le asignaron a Bellas Artes, y es casi el mismo presupuesto del INAH. “Eso es un escándalo porque hay una obra faraónica, monumental, que está por encima de las tareas sustantivas de instituciones que son históricas y claves en la cultura del país”.

—Y es un proyecto para una ciudad, la CDMX...

—Es mucho más grave, porque si revisas el presupuesto —por ejemplo del INALI, que está en amenaza de desaparecer— te das cuenta de que no es una acción aislada en contra el INAH, es una acción contra la ciencia, el pensamiento, la academia, las escuelas, las instituciones de ciencia y cultura. Ningún presupuesto para otra obra se acerca a lo que es el de Chapultepec.

Bolfy Cottom recuerda que otros trabajadores eventuales siguen en la misma situación; como en la Fonoteca Nacional. “Es el contexto de una política de austeridad del gobierno que en el fondo lo que busca es ir aniquilando, poco a poco, las posibilidades de funcionamiento de toda una infraestructura que se fue construyendo a lo largo de la historia; que no fue obra del PRI, del PAN, fue resultado de muchas luchas. Y ahora con esta política estas instituciones están en gravísimo peligro.

— ¿Qué tan grande es el trabajo de los eventuales en el INAH?

—No es como se planteó alguna vez, que los eventuales son más importantes que los de base. El papel de los trabajadores eventuales en el Instituto es el resultado de una política errónea de cerrar las posibilidades de abrir nuevas plazas. Esa es otra política perversa: te doy dinero para trabajadores eventuales porque eso me quita el tener que dar seguridad en salud, las prestaciones, el garantizar condiciones laborales. Y ahora es peor, los contratan como proveedores y no hay ninguna responsabilidad laboral. Y es una manifestación de lo que está sucediendo no sólo en el INAH sino en Bellas Artes, en Radio Educación, en la Fonoteca; están expresando con esa política que el gobierno los está llevando a la quiebra, a la aniquilación. Hay un desprecio a los trabajadores eventuales, no se les dan prestaciones y además se les amenaza con su no contratación. Lo que estamos viendo no es un mero asunto de austeridad, es una política de gobierno. Y en esa circunstancia ¿a quién pueden acudir? A nadie.

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Para Bolfy Cottom esta problemática tiene que ver también con una especie de amago por querer cambiar las condiciones laborales de los trabajadores del Instituto: “esto viene de Hacienda y hay ahí el interés por desconocer derechos adquiridos. La institución queda muy maniatada y ahí uno se pregunta, ¿dónde están los titulares? Si a alguien lo nombran para ser titular de una institución, tiene que dejar la vida defendiendo la institución. No lo pusieron ahí para hacer pedazos a la institución. Tiene que buscar por todos los medios que la institución no sólo sobreviva sino que se fortalezca”.

“Si a alguien lo nombran para ser titular de una institución, tiene que dejar la vida defendiendo la institución. No lo pusieron ahí para hacer pedazos a la institución”.

Bolfy Cottom

. Investigador DEH INAH.

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