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Aunque en el debate acerca de Chapultepec se han manifestado más los ambientalistas, este fin de semana artistas y escritores acordaron que su voz también tenía que hacerse oír en lo que al proyecto Chapultepec se refiere, de manera particular se expresaron contra el pabellón contemporáneo mexicano y la bodega de museos. Por eso leyeron un comunicado ayer, durante la Cadena Humana que se instaló ante el Jardín Botánico, donde preguntan a la Secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, por qué un nuevo museo de arte contemporáneo si existe –al frente, exactamente-- el Rufino Tamayo que, reclaman, carece de un presupuesto digno para sus funciones básicas. Estos creadores, nos recuerdan que en 2018 durante los foros de transición sobre cultura que organizaba el nuevo gobierno, expusieron la grave situación de los museos en una mesa en la que estuvieron Homero Fernández y Mariana Munguía, hoy funcionarios del gobierno federal. ¿A dónde fueron a dar sus opiniones y críticas? No se sabe, lo que sí saben los firmantes es que la situación de los museos públicos que hace dos años era crítica ha empeorado, y que levantar un nuevo museo no hará que mejoren los demás, sino todo lo contrario.
Más voluntad que acciones claras
La semana pasada, la Secretaría de Cultura anunció la firma del convenio entre los Institutos Nacionales de Bellas Artes y Literatura (INBAL) y de Antropología e Historia (INAH). ¿Y para qué un acuerdo si se trata de dos organismos que pertenecen a la misma Secretaría? Bueno, pues nos cuentan que es para sumar fuerzas “y voluntades” que permitirán el desarrollo de diferentes acciones de investigación, protección, conservación, preservación, restauración, difusión y promoción del patrimonio artístico e histórico de México, y que esto “se traducirá en la organización conjunta de seminarios, conversatorios y campañas de difusión”. Es decir, ahora los institutos realizarán las mismas actividades que hacían pero con la "enorme" diferencia de que trabajarán de forma conjunta. Como parte del convenio firmado por los directores de ambas instituciones -Lucina Jiménez del INBAL y Diego Prieto del INAH-, según el anuncio, habrá “cursos y proyectos de investigación conjunta”. ¿Cuáles?, ¿cuándo? y ¿qué alcances tendrán las acciones? Esa es información que se reserva la Secretaría, que, a falta de acuerdos con la sociedad, busca hacer mancuernas en su propia casa.
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