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Hernán Cortés ahora se puede conocer a través de Vida de Hernán Cortes, libro editado por Taurus y dividido en dos tomos: La espada y La pluma, que realizó el historiador francés Christian Duverger.

En La espada, el investigador incluye aspectos del conquistador, desde su infancia hasta 1543; mientras que en La pluma analiza de 1543 a 1547, cuando muere.

Para La espada, comenta Duverger, recopiló aspectos de la infancia de Cortés, como el contexto histórico de Extremadura, España, —donde nació—, que le permitieron explicar por qué tantas personas decidieron venir a México.

“Me di cuenta que no había una historia de Cortés y de la llegada de los españoles, porque el mito devoró al hombre. Lo que conocemos en México es más el mito, que es un objeto que tiene una dimensión política más que la realidad histórica. (El suceso de hace 500 años) para mí no fue una conquista, más bien fue un proyecto de Cortés sobre el mestizaje”, dice Duverger.

En el segundo tomo, el especialista presenta diferentes argumentos para afirmar que la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España en realidad fue escrita por Hernán Cortés y no por Bernal Díaz del Castillo.

En 1543, indica el historiador, Cortés está en España en estado de abandono. “Él decidió escribir sus memorias, su verdad, lo que ocurrió en la Nueva España; para que no fueran robadas sus acciones, decidió instalarse en Valladolid y durante tres años escribió, aspecto poco conocido. Descubrí entonces que Cortés escribió la Historia verdadera, pero hay una mala recepción hacia Cortés, por ello hubo un rechazo hacia esta idea. Aún sostengo que Díaz del Castillo no escribió la Historia verdadera”.

La pluma está complementado con ocho firmas diferentes de Bernal Díaz del Castillo, que Christian Duverger obtuvo de archivos como el General de Centroamérica o el Histórico Nacional (Madrid).

“Ninguna firma es igual, eso significa que Bernal Díaz no es el que firma o que no sabe firmar (y) un hombre que no tiene firma significa que no sabe escribir. Quizá sabía leer un poco, pero en realidad quien sabía escribir era Cortés. Además, en la Historia verdadera encontramos el placer de la escritura y para ello hay que ser dueño de la técnica —elemento reservado para una élite— y hay que saber inventar, además de Bernal sólo tenemos cinco cartas”.

Duverger agrega que además de la técnica, Cortés también “tuvo el talento de describir todo lo que ocurrió con empatía”. Sin embargo, no fue Bernal Díaz del Castillo quien “robó” el texto de Cortés.

“Fue un robo que cometió Francisco, hijo de Bernal. Cortés concibió el texto de forma anónima y así pretendía que fuera publicado, pero murió”, dice Duverger.

El historiador francés explica que el documento llegó a Guatemala por decisión de los hijos de Cortés “para salvarlo”. Fue en ese momento cuando Francisco “se apoderó del texto de Cortés. Para mí no hay duda, pero entiendo el rechazo a esta idea”.

Los dos tomos de la Vida de Hernán Cortés son publicados en el marco de los 500 años del desembarco de los españoles, fecha que Duverger considera una oportunidad para conocer al español:

“Para entender a Hernán Cortés primero se debe conocer lo que sucedió, es decir, trabajar en el campo de la historia más que en el campo del mito. Lo mejor sería organizar una línea de investigación con las universidades. También sería importante regresar a los archivos para que nos permitan conocer mejor lo que ocurrió porque no fue una conquista: una conquista de 500 personas contra 25 millones, es absurdo. Cortés entró al mundo indígena y se organizó el mestizaje, algo que continúa”, afirma.

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