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, el autor de “Cien años de Soledad”, murió el 17 de abril de 2014. Tenía 87 años y tras de sí dejó un universo literario lleno de mariposas amarillas, los habitantes de Macondo y personajes entrañables como “Remedios la bella”, “Aureliano Buendía”, “Florentino Ariza” y “Nena Daconte”, entre otros.
El Premio Nobel de Literatura,
quien en sus textos impregnaba la fantasía, la realidad, el sueño, el mito y el deseo, fue despedido hace cuatro años con un homenaje en el Palacio de Bellas Artes , en compañía de seres queridos y personajes de la cultura y la política.
A las 16 horas llegaron las cenizas del escritor colombiano, mismas que fueron colocadas en un pedestal adornado con rosas amarillas.
Rosas amarillas dejadas por invitados yacen sobre la urna que contiene las cenizas del escritor colombiano. Foto: AP/Eduardo Verdugo.
Durante la guardia de honor se encontraron el ex titular de la Secretaría de Cultura Rafael Tovar y de Teresa, fallecido en 2016, Enrique Peña Nieto y Juan Manuel Santos, presidentes de México y Colombia; Mercedes Barcha, esposa de "El Gabo", sus hijos Rodrigo y Gonzalo, el embajador de Colombia en México, José Gabriel Ortiz, y la entonces directora del INBA, María Cristina García Cepeda.
Distintas personalidades acudieron al homenaje. Foto: Archico El Universal
El recinto de mármol también recibió a los lectores, familiares y gente que quería despedirse de García Márquez, con una fotografía monumental , la cual mostró el rostro del autor de “El coronel no tiene quien le escriba”, con una frase alusiva a la vida, dijo la tercera guardia de honor encabezada por el hermano de García Márquez, Jaime, y de inmediato apareció la cuarta en la que se hicieron presentes sus asistentes y personal que labora en su casa.
Al homenaje también acudieron los escritores mexicanos Ángeles Mastretta, Héctor Aguilar Camín, Homero Aridjis y Jaime Abello, director de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano.
Un homenaje emotivo a uno de los más grandes escritores, no sólo latinoamericanos, sino universales, donde el público, sus lectores, quienes lanzaron flores amarillas que cubrieron el palacio y la explanada, aún no creían la partida del autor de obras clásicas e imprescindibles como "El otoño del patriarca", "Crónica de una muerte anunciada" y "El amor en los tiempos del cólera".
Homenaje en Bellas ARtes, 2014. Foto: Jair Cabrera
García Márquez siempre mantuvo lazos importantes con México y Colombia. A pesar de tener su nacionalidad colombiana escogió la República Mexicana como su lugar de residencia, y el escenario para muchas de sus obras capitales como “Cien años de soledad “.
Dentro de su mundo literario se encuentran los títulos: “La hojarasca”, libro que narra la historia del entierro de un hombre, un médico misterioso y odiado, al que sus vecinos quieren dejar insepulto. Al mismo tiempo es la historia del odio acumulado durante veinticinco años en Macondo.
“El olor de la guayaba. Conversaciones con Gabriel García Márquez. Plinio A. Mendoza”; “Doce cuentos peregrinos”; “El coronel no tiene quien le escriba”; “La mala hora”; “El general en su laberinto”; “Relato de un naufrago”; “Yo no vengo a decir un discurso”, entre otros.
akc