A cien años del nacimiento

del poeta y ensayista Alí Chumacero, considerado uno de los más notables de México en el siglo XX , especialistas y estudiantes lo celebran en la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Jesús Quintero González, especialista en temas literarios de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) indicó que hay muchas luminarias de las cuales destaca Alí, poeta, escritor y editor nacido el 9 de Julio de 1918 en Nayarit y quien murió el 22 de octubre de 2010 en la Ciudad de México.

Alí Chumacero

llegó a Guadalajara cuando era niño, con el fin de terminar sus estudios de educación primaria y secundaria, a los 19 años de edad se trasladó a México y así abrirse camino a una nueva generación de escritores.

Un primer acercamiento de Alí a la literatura fue por medio de la revista “Tierra Nueva” publicada por l a Universidad Autónoma de México, donde publicó sus primeros trabajos en colaboración con José Luis Martínez, Jorge González Durán, Leopoldo Zea, Manuel Calvillo y Francisco Giner de los Ríos, entre otros.

El especialista indicó que esas publicaciones fueron fundamentales para la formación del escritor, además de difundir la lírica y el ensayo filosófico Alí aprendió el oficio de tipógrafo y crítico literario.

El Fondo de Cultura Económica

(FCE) fue otro lugar donde el poeta se desempeñó como editor y subgerente del departamento técnico, gerente de producción y miembro del consejo editorial. Lo anterior le ayudó a dar el gran salto a la literatura, obteniendo contratos directos con autores como Alfonso Reyes, Mariano Azuela, Juan Rulfo, Gilberto Owen, Efrén Hernández, Julio Torri, José Gorostiza y Xavier Villaurrutia.

Su trabajo fue importante para las letras mexicanas, él mismo escribió las solapas y algunos títulos para la colección de Letras Mexicanas en la que se publicaron por primera vez diversas obras que hoy se consideran clásicos de la literatura nacional.

“Fue quien escribió y editó los libros de la colección Lengua y estudios literarios, muchos de los cuales todavía se conservan; fue el primero que leyó formalmente el Llano en llamas tal como hoy lo conocemos, lo corrigió y dio sugerencias a Juan Rulfo para hacer más legible sus obras”, declaró Quintero González mediante un comunicado.

Destacó como escritor y poeta, sobresale por su estilo, sonoridad e inteligencia y por una vena existencialista bajo la influencia de autores como Albert Camus y Jean-Paul Sartre.

González dijo que Chumacero sabía muy bien de la versificación, métrica, situación, ritmo, la semántica y el significado de las palabras, de la poesía en sí misma.

El especialista señaló que aunque su producción fue escasa, tres libros lo llevaron a la cumbre de la poesía: "Páramo de sueños" (1944), "Imágenes desterradas" (1948) y "Palabras en reposo" (1966), que destacan por su trabajo riguroso sobre la forma y una profunda conciencia de las posibilidades expresivas del lenguaje.

Al término de la plática algunos estudiantes leyeron fragmentos de sus obras como “Poema de amorosa raíz, “La noche del suicida” y “Realidad y sueño” fue así como recordaron a uno de las grandes en la literatura mexicana.

akc

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