“El libro, además de traer con pesar y con gozo la vida de mi hermana, también no pierde de vista, sin hacerlo el centro de la anteción, pero no pierde de vista, que hay muchos feminicidas sueltos; pero entre tantos feminicidas sueltos hay uno que se llama Ángel González Ramos y que tiene que responder el llamado de la justicia también”, señaló la escritora Cristina Rivera Garza al hablar de El invencible verano de Liliana, obra con la que ayer obtuvo el Premio Mazatlán de Literatura 2022.

El libro, publicado en 2021 por Literatura Random House fue elegido por unanimidad por un Jurado que destacó que se trata de la obra más personal de la narradora mexicana, una obra que corre en “medio de una narración polifónica que colinda con la crónica, el ensayo o una bitácora detectivesca”.

“Por el tipo de crimen del que está hablando el libro, por el feminicidio que es una de las grandes tragedias que nos aquejan en México y en el mundo, no sólo es una cuestión emotiva, emocional y personal, sino también una cuestión más amplia, social y hasta jurídica. Este reconocimiento me da mucho gusto porque me genera un montón de emociones porque es el libro de Liliana”, señaló Cristina Rivera Garza (Matamoros, Tamaulipas, 1964) durante un enlace virtual donde la directora del Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán, Zoila Fernández, dio a conocer la noticia sobre el garlardón de este año.

Rivera Garza dijo que el libro es también una búsqueda de una justicia legal que depende de muchas oficinas involucradas, y que incluso ella ha seguido trabajando muy de cerca con la Fiscalía de Feminicios, especialmente con la licenciada Sayuri Herrera, encargada de la Fiscalía, con quien ha tenido avances en el caso de su hermana y cuyas novedades dará a conocer en unos días.

CRISTINA RIVERA GARZA
Escritora
“La literatura lo que consigue es preservar la memoria, recomponer esa narrativa, o contrastar esas narrativas del crimen pasional”

”No cejo de buscar una justicia legal. Mi hermana fue víctima de un feminicidio el 16 de julio de 1990 y meses después una jueza de la Ciudad de México encontró que había suficientes evidencias para levantar una orden de aprensión contra Ángel González Ramos, que era entonces su ex pareja. Vale recordar que Ángel González Ramos huyó y ha permanecido fuera del alcance de la ley desde entonces”.

Por eso ante la buena recepción que ha tenido el libro y ahora al obtener este galardón, Rivera Garza aseguró que es un reconocimiento para Liliana: “Son premios que de una u otra manera la mantienen viva, mantienen viva su memoria, la mantienen viva entre nosotros y yo creo que ese es uno de los objetivos principales del libro”.

El jurado, integrado por Evelina María Castillo Gil, Braulio Peralta Villegas y María del Carmen Sánchez Ambriz, dijo que en el libro “le devuelve la voz silenciada a su hermana Liliana, quién fue asesinada hace más de 30 años. No solo se trata de recuperar una vida, un lazo entrañable, sino también una presencia que siempre fue parte de la propia autora”; pero además afirmaron que es el libro más personal y más revelador porque al seguir las huellas de su hermana también Rivera Garza se reconoce años atrás en un pasado que, por fin, dejó de ser nebuloso.

El Premio Mazatlán, a la obra más personal de Rivera Garza
El Premio Mazatlán, a la obra más personal de Rivera Garza

Cristina Rivera Garza, quien también es autora de Nadie me verá llorar, Autobiografía del algodón y Había mucha neblina o humo no sé qué, aseguró que una de las grandes virtudes y de los grandes poderes de la literatura es que nos permite comunicarnos con los libros pero también nos mantiene en contacto con los que se han ido pero que permanecen al formar parte de estos diálogos, traer a colación y estar convocando continuamente.

La narradora aseguró que una de las cosas importantes del libro, además de hacer este recorrido por la vida de su hermana, es un intento de que la experiencia no se centre nada más en el feminicidio pero sí que lo tome en cuenta como parte de un tejido mucho más amplio, una vida compleja y contradictoria, como es la vida de cualquier persona, “uno de los puntos importantes del libro sigue siendo la búsqueda de justicia” y que “la literatura en muchos sentidos lo que consigue es preservar la memoria, recomponer esa narrativa, o contrastar esas narrativas del crimen pasional e involucrar una narrativa mucho más amplia, mucho más digna para mi hermana y para las mujeres que han sufrido esta violencia letal última, y la multiplicidad de otro tipo de violencias de la vida cotidiana” y que permite decir las cosas como son y como se sienten y también para cambiarlas en el futuro.

19
DE FEBRERO
será la ceremonia de entrega del Premio Mazatlán de Literatura.

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