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La noche del 29 de noviembre de 1968, la Academia de San Carlos, a unos pasos del Palacio Nacional, fue ocupada por un comando, aparentemente militar, que fingiendo que iba a entregar un paquete de propaganda, entró, fue directo al taller de serigrafía, destruyó volantes, carteles y tintas, rompió esténsiles e imprenta, e incluso esculturas para ver si no había ahí armas ocultas. Mucha de la gráfica en torno del movimiento estudiantil se perdió.

Esa historia, que cuenta el libro La Academia de San Carlos en el Movimiento Estudiantil de 1968, es recordada por las curadoras Sol Henaro y Amanda de la Garza, al presentar la exposición Gráfica del 68. Imágenes rotundas, que será inaugurada el 1 de septiembre en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo, MUAC, junto con la muestra Grupo Mira. Una contrahistoria de los setenta en México. Las dos son parte del ciclo expositivo que este año ha programado el Museo para conmemorar y reflexionar en torno del medio siglo de este movimiento.

Henaro comienza por explicar que el Museo tiene desde 2002 la donación que hizo Arnulfo Aquino —quien fue integrante del grupo Mira— de la gráfica del 68, “acervo que organizaron varios agentes vinculados a lo que sería el grupo Mira”. Fue un material, relata la curadora, generado en brigadas gráficas a las que muchos de ellos pertenecieron y la principal de esas brigadas estaba en San Carlos, ubicada a unos pasos del Zócalo y cerca del escenario del bazucazo, San Ildefonso.

“La fuerza de esta gráfica que vemos son los símbolos, los iconos, pero también porque sobrevivieron a la represión del Estado; como diría Didi Huberman, son imágenes sobrevivientes”, dice luego Amanda de la Garza y añade que también hubo brigadas gráficas en La Esmeralda y el Politécnico Nacional, así como la del Taller 26 de Julio. En ellas nació esta gráfica que se expone; en su construcción participaron, por ejemplo, artistas que eran profesores en San Carlos y que habían participado en el Taller de la Gráfica Popular.

La muestra se compone de 157 elementos, de los 160 que contiene el archivo donado por Aquino. “Hay también fotografías que muestran cómo se emplazaba esa gráfica en el espacio público; libros y un video de una entrevista que hicimos a miembros del grupo Mira”.

Las curadoras refieren que aunque hay diversidad de técnicas e influencia del pop y de la publicidad, en las imágenes todo eso está puesto al servicio del mensaje político. En todo caso, De la Garza acota: “La gráfica es fundamental, pero, como dice Rebeca Hidalgo, en la entrevista, no es el movimiento”.

“Toda esa producción jugó un papel muy importante —afirma Sol Henaro— porque era el poder de la imagen, y cómo la imagen puede ayudarnos a hacer este maridaje entre forma y texto, y cómo puede llegar de una manera más contundente que un pliego”.

La fuerza de un colectivo. Grupo Mira. Una contrahistoria de los setenta en México es una exposición con investigación y curaduría de Annabela Tournon, que se refiere al trabajo de este colectivo que existió entre 1977 y 1982, aunque revisa el trabajo que ellos hacían desde finales de los años 60.

La exhibición contiene más de 500 documentos y obras. “Desde el 68 van trabajando los integrantes del grupo Mira, aunque el nombre como tal surge en el 77. Ellos hacen un trabajo muy singular: ir a lugares donde están sucediendo eventos políticos, o sea, más que solidarizarse, participan, y desde ahí toman una posición con las artes visuales. Su labor es registrar una serie de luchas que caracterizan los 70 en México: el 68, la reforma académica en la Universidad Autónoma de Puebla, y el final de los años 70 en la Ciudad de México”, describe la curadora Annabela Tournon.

Las exposiciones se inauguran el 1 de septiembre a las 13 horas; antes, a las 12, habrá una charla en la que participan Arnulfo Aquino, Eduardo Garduño, Rebeca Hidalgo, Jorge Pérez Vega, del grupo Mira, y las curadoras Annabela Tournon, Amanda de la Garza y Sol Henaro.

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