La programación de ABC News con sede en Nueva York se interrumpió. En la pantalla apareció la leyenda Special report. El periodista Peter Jennings dio la noticia: “Ha ocurrido un devastador terremoto en México, su epicentro se localizó a unas 40 millas de la costa, en el lado del Pacífico, aproximadamente a 250 millas al suroeste de la Ciudad de México”. Era 19 de septiembre de 1985. Estados Unidos y Guatemala fueron los primeros países en recibir la noticia. “Ahora tenemos las primeras imágenes desde la propia Ciudad de México donde al parecer hubo daños extensos, particularmente en el Centro Histórico, con un gran número de edificios derrumbados y muchos otros dañados”, dijo Jennings. Las imágenes que los televidentes observaron fueron las que el Canal 13, del Instituto Mexicano de la Televisión (Imevisión), transmitió.

Ese video, que puede verse en redes sociales, fue obtenido por tres jóvenes —Daniel Gallardo, David Valdez y Axel Garfias— quienes han dedicado sus días a recopilar material audiovisual, fotográfico y hemerográfico, así como objetos decorativos de edificios que colapsaron hace 40 años. Fue en 2008 que Daniel Gallardo inició esta colección e indagaciones, y uno de los muchos datos que obtuvo fue que el Canal 34 de Los Ángeles, California, retransmitió fuera del país las primeras imágenes del sismo. Y en Guatemala, el Canal 5 transmitió en directo el programa Desde Temprano conducido por Pedro Ferriz Santacruz y Adriana Pérez Cañedo.

Los jóvenes investigadores consultan archivos visuales y testimonios, recuperando historias y detalles de los edificios colapsados durante el sismo de la Ciudad de México. Crédito: LUIS CAMACHO / EL UNIVERSAL
Los jóvenes investigadores consultan archivos visuales y testimonios, recuperando historias y detalles de los edificios colapsados durante el sismo de la Ciudad de México. Crédito: LUIS CAMACHO / EL UNIVERSAL

“Me sorprende que no se recuerden mucho las transmisiones de Imevisión, por lo general, el mayor recuerdo es la narración que hizo Jacobo Zabludovsky para la estación de radio XEW”, señala David Valdez, uno de los coleccionistas e investigadores. “En la XEW (donde Zabludovsky hizo un enlace telefónico para el programa de Héctor Martínez Serrano) se tardaron bastante en dar la información, los primeros en narrar los hechos fueron los reporteros de Radio Red, nueve minutos después del temblor retomaron sus transmisiones. Zabludovsky entró hasta las ocho de la mañana. Recordemos que el sismo fue a las 7:19 de la mañana”, añade.

En la radio, varios programas de noticias estaban al aire cuando ocurrió el sismo. Entre ellos, Buenos Días con Héctor Martínez Serrano en XEW; Voz Pública, conducido por Francisco Huerta en XEQ; y Monitor de la Mañana, que ese día transmitió en Radio Red (1110 AM) bajo la conducción de Mario Iván Martínez en suplencia de José Gutiérrez Vivó.

“Gracias, Mario. Mire, iba circulando por el Eje Central Lázaro Cárdenas, llego al cruce de Morena y Avenida Universidad. El edificio de Universidad número 13 está totalmente derrumbado. Me tocó ver el desplome en ese momento, Mario. Se habla de una persona atrapada dentro del lugar y una fuerte fuga de gas, el pavimento del Eje Central Lázaro Cárdenas a la altura de Morena también está levantado, se onduló —reportó Jorge A. Olea para Radio Red—. ¿Ese rumbo de dónde nos habla es por dónde están las instalaciones de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes? —preguntó Mario Iván.

Martínez—. Exacto Mario, parece que son dos edificios los que se derrumbaron, junto hay una escuela, voy a entrar hasta el lugar lo más cercano que pueda para poder informar sobre este punto —respondió el reportero—.”

Así se narraron en Radio Red los primeros reportes y ese testimonio es una de las decenas de transcripciones que los jóvenes coleccionistas hicieron para el libro Lo que el terremoto se llevó (SHM85, 2025), a partir de la revisión de archivos y adquisición de grabaciones sobre la cobertura informativa. ¿Qué archivos consultaron?, se le pregunta a David Valdez. “Fuimos al Archivo General de la Nación. También consultamos revistas en la Hemeroteca Nacional. El resto del archivo lo hemos formado de objetos como agitadores de bebidas y llaves del Hotel Regis, así como publicaciones inéditas de la época, por ejemplo, fotografías del Hotel De Carlo y una publicación del momento que se llamó Siglo XXI”, responde.

Al respecto, Daniel Gallardo comenta que esta investigación inició en marzo de 2008 y, primero, se enfocó en la historia del Hotel Regis (ubicado en donde hoy está la Plaza de la Solidaridad y la Avenida Juárez). “Originalmente quería hacer un documental en YouTube, pero tenía muchísima información para un video de sólo diez minutos. Entonces me rondó la idea de hacer un libro. En 2015 publiqué Hotel Regis, 100 años de historia y leyenda, pero no estaba satisfecho, tenía pendiente comprobar el dato de apertura del hotel, el cual verifiqué hasta 2018. Después, encontré los planos arquitectónicos de 1918 a 1952 del inmueble y me di a la tarea de buscar a los descendientes de los dueños para solicitarles fotografías”.

Esa información recopilada del hotel se extendió hasta la historia de su derrumbe en 1985 y a la devastación que vivió la ciudad el día del sismo (datos que se reúnen en el libro publicado este año: La historia recuperada del Hotel Regis). Fue entonces que al proyecto se unieron David Valdez y Axel Garfias, quienes lograron obtener datos tan minuciosos que Amazon Prime los buscó para consultar su archivo y darle mayores detalles a la serie Cada minuto cuenta (2024).

“La productora contactó a Daniel, le pidió información del Hotel Regis y del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep), el que estaba sobre la calle de Humboldt, en el Centro Histórico. Ellos querían hacer una serie sobre el sismo del 85. Mandamos la información y salió la primera temporada, pero resulta que no aparecieron nuestros nombres en los créditos porque pusieron a un youtuber”, narra David Valdez.

A partir de esa experiencia fue que decidieron fundar la Sociedad Histórica y Memoria de 1985. “La familia Mier y Terán me contactó para exponer objetos como el tapete de bienvenida del Café Súper Leche (cafetería que se ubicó sobre Eje Central Lázaro Cárdenas a la altura del metro San Juan de Letrán), rescatado de los escombros y que nos donaron hace dos años. Hice la Sociedad —cuenta Daniel Gallardo— con la intención de honrar a los fallecidos del terremoto, hacer un memorial y exponer los objetos coleccionados en futuras exposiciones. Tenemos ceniceros de Súper Leche, del Hotel Regis y del Hotel Del Prado; llaves del Regis y Romano, incluso télex del día del sismo, son muchísimos objetos y nuestra meta es hacer un museo junto con un memorial”.

Nombrar a los muertos

El trabajo de la Sociedad implica verificar datos que en 1985 se difundieron sin certezas. Y uno de los mayores retos que emprendió Daniel Gallardo fue revisar las actas de defunción relacionadas al terremoto.

“A través de Ancestry y Family Search, donde tienen los registros de defunciones del país desde el siglo XVI hasta 2005, me di a la tarea de comprobar las actas, fue un proceso largo y duro, revisaba más de 20 mil registros de septiembre de 1985, comprobaba acta por acta, los juntaba en un archivo de Excel con sus nombres, edades, ocupaciones, domicilio o lugar de defunción, y notas por si había algo raro como sucedió en algunos casos que registraron ‘homicidio’ como causa de deceso a la hora del terremoto o duplicaron registros. También estaban los que no fueron identificados antes de irse a la fosa común. Se registraba todo con un número de folio y hasta diciembre de 1986 estaba el registro del último identificado, de entre cientos que no tuvieron esa suerte”, señala.

Los nombres de las víctimas ocupan un capítulo del libro Lo que el terremoto se llevó y en uno más se detalla el tratamiento que hubo de los cuerpos de personas fallecidas y recuperados de los escombros. En 1985, uno de los puntos de concentración fue el antiguo estadio de béisbol, ubicado en lo que hoy es el Parque Delta. Ahí los cuerpos comenzaron a llegar el día 20 de septiembre, pero debido a la gran cantidad de demanda, el gobierno instaló una agencia del Ministerio Público provisional con médicos legistas, peritos en dactiloscopia y personal del Registro Civil.

“Mucha gente piensa que el Parque de Beisbol del Seguro Social se llenó hasta las gradas de muertos y no, eso hubiera sido un terrible foco de infección. En un extremo tenían varias carpas donde colocaron los cuerpos de las personas —cabían 60 personas por carpa—, los mantuvieron con bolsas de hielo o con formol. En otras carpas, en el otro extremo, estaban los encargados del Registro Civil, y a lo largo del campo se colocaron ataúdes, había tanto de Gayosso como de voluntarios que armaron cajas provisionales de madera para los cuerpos que irían a la fosa común. Es por eso que alrededor del estadio había grandes filas de gente”, platica David Valdez.

Otras carpas se instalaron en San Lorenzo Tezonco, Panteón de Dolores, Hospital Juárez, Paraguay 15 y San Antonio Abad. Los cadáveres no podían estar mucho tiempo al aire libre, máximo tres días, y si nadie los reclamaba, se enviaban a fosas comunes, algunas de éstas en el Bordo de Xochiaca y en algún tramo de la carretera hacia Cuernavaca.

Memoriales

“Cambió toda la perspectiva que tenía del terremoto porque hay muy poca información pública. Cuando conocí a Daniel y a David me compartieron detalles, fotografías, archivos, testimonios, etcétera. Quedé impactado. Fue ahí cuando me cayó una bomba y comencé a trabajar en los modelos 3D de los edificios que se cayeron, aunque de muchos no había siquiera fotografías”, comparte Axel Garfias.

En la información recopilada, sus compañeros reunieron planos arquitectónicos y fotografías con detalles de exteriores e interiores. “Veía los modelos 3D y pensaba que se miraban muy vacíos. Hice renders de los edificios y de las calles de la ciudad, de cómo estaban a las 7:18 de la mañana del 19 de septiembre de 1985, pero lo que faltaba era la vida misma de los edificios: los negocios que había en sus plantas bajas, por ejemplo, en el edificio Nuevo León de Tlatelolco, todos los bancos, las papelerías… porque ésa es la expresión de que no sólo eran edificios sino que había personas, muchísimas vidas y, a mi pensar, es triste y a la vez maravilloso que en todos esos edificios había infinidad de historias”.

A 40 años, hay edificios de los que sigue existiendo poca o nula información. Axel Garfias platica que un edificio de ocho pisos llamado Datamex, ubicado en Avenida Insurgentes número 189 (cerca de la Glorieta), era una escuela de computación electrónica que ofrecía las profesiones de perforista, programador y analista de sistemas. “No había ni una sola fotografía del edificio en pie, sólo videos y una que otra fotografía del edificio ya colapsado con un letrero de Radio Mundo 690 que estaba en su azotea”. Otro inmueble del que no hay datos es Tehuantepec 12, ubicado en la colonia Roma Sur y al que llegó una brigada de auxilio alemana una semana después del sismo.

Algunas de las reconstrucciones digitales hechas por Axel Garfias, en especial, de los interiores de los edificios, los logró gracias a testimonios de sobrevivientes. Uno de esos relatos es el de Gloria Juárez quien nunca supo el paradero de sus dos hijos (Sandra Leticia y Sergio Alberto) tras el desplome de su departamento en el edificio Nuevo León en Tlatelolco. La señora Gloria murió hace cuatro años. Otro es el de la familia Macías Pavía, cinco personas que sobrevivieron al derrumbe del edificio Chilpancingo 116, tras colocarse debajo de su comedor y horas después ser rescatados. Este edificio ubicado en la Roma Sur volvió a dañarse en el 19 de septiembre de 2017

¿Existen memoriales del sismo?, se les pregunta. “Oficialmente hay tres. La plaza donde está el Reloj del Sol en Tlatelolco, ahí estaba el edificio Nuevo León. La Plaza de la Solidaridad en la Alameda Central que es donde estaba el Hotel Regis. En San Antonio Abad está el Monumento a la costurera, como recuerdo del taller de costureras que ahí se derrumbó. Ojalá hubiera un memorial que recordara los nombres de los fallecidos, como las dos fuentes del National September 11 en Nueva York que tienen los nombres de casi 3000 personas que perdieron la vida en los atentados del 11 de septiembre de 2001”, responde David Valdez.

¿Qué continúa para ustedes?

Seguir investigando y recopilando más videos, fotos, lo más que podamos y que sirvamos de puente para que la gente pueda consultar libremente la información, concluye Daniel Gallardo.

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