A cuatro meses y medio de la fecha prevista para la celebración de la edición 34 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) y en medio de la crisis por la pandemia de Covid-19, Raúl Padilla, presidente del comité organizador del encuentro, reitera que trabajan para realizar esta edición en modalidad presencial, en dos sedes principales: Expo Guadalajara y Centro Cultural Universitario, y que la harán aun sabiendo que será una feria que les supondrá pérdidas económicas de alrededor del 30% o 40%, que podrían superar los 35 millones de pesos.

En entrevista, el promotor cultural que también dirige el Festival Internacional de Cine de Guadalajara —que igual está a la espera de realizarse a finales de octubre o principios de noviembre— reconoce que esta edición de la FIL, prevista entre el 28 de noviembre y el 6 de diciembre, supondrá una inversión de alrededor de 120-125 millones de pesos —cifra semejante a años anteriores—, pero que habrá pérdidas porque en esta edición subsidiarán 30% de los gastos de las editoriales que acudan.

“Este año nosotros calculamos que nos vamos a un 30% o 40% de déficit; para eso son los momentos de solidaridad, y esperamos estarlos recuperando los siguientes años, ya encontraremos la manera de financiar este déficit, pero lo consideramos en esta ocasión obligado por solidaridad con la industria editorial, dado que son las que nos dan el mayor ingreso para llevar a cabo la feria”, señala Padilla.

Asegura que son pocas las editoriales, profesionales del libro y naciones que han cancelado su participación, como es el caso de Penguin Random House, Harper Collins y Cal y Arena, y que países europeos y latinoamericanos que no podrán viajar sólo mandarán sus libros para que los manejen voluntarios de la Universidad de Guadalajara (UdeG). Además habla de los desencuentros con el gobierno federal en cuanto a las mediciones del Covid-19, de la crisis económica de la industria editorial y de la falta de políticas culturales de la 4T.

¿Se mantienen en la idea de hacer una feria presencial?

Si hacemos la feria, creo que la vamos a hacer presencial, va a ser una feria que no va a demeritar mucho nuestro pasado; pero si por razones sanitarias no fuera posible con esas características, ahí sí con mucho pesar nuestro tendríamos que optar por una expresión virtual. No soy muy simpatizante de las ferias virtuales, pero también suelen ser muy dignas, como las han venido haciendo en Londres o en Bolonia, las hicieron virtuales y creo que con mucha dignidad; no descartamos nosotros esa opción en caso de que los indicadores sanitarios nos obliguen, o incluso posponerla para una fecha más avanzada el año próximo.

¿Sus indicadores son internacionales?

Tomamos como referente eventos similares confirmados, la Feria de Frankfurt, programada para octubre; la del Retiro en Madrid era en mayo y la pospusieron para agosto y es fecha que la tienen en firme; el FIAC de París, para finales de octubre, la feria de arte más importante del mundo, la Art Basel Miami, la mantienen... por ello sí estamos trabajando en una feria presencial.

¿Una feria híbrida?

La feria sería presencial, lo que haríamos con carácter híbrido sería la programación de las actividades literarias. Es el festival literario más grande que se realiza en el mundo, más de 800 escritores acuden a nuestra feria del libro año con año, y tenemos un festival de las ideas, convocamos entre 250 y 300 académicos e intelectuales nacionales e internacionales de lo más notables. Y el invitado de honor es una presencia artística que invade toda la ciudad de Guadalajara.

La haremos con cubrebocas obligatorio, quien no lleve, se lo vamos obsequiar, tenemos un donativo de 500 mil cubrebocas para todos los que asistan. Vamos a reducir los aforos a la cuarta parte de su cupo y en Expo Guadalajara vamos a reducir a la tercera parte los eventos que normalmente programamos para que haya horarios distanciados y con poco aforo y con mucho respaldo de streaming.

¿Está en riesgo la asistencia de Sharjah como invitado?

Hasta ahora Sharjah nos ha confirmado; también ha tenido muchos problemas, pero ellos mismos acaban de confirmar su feria del libro para los primeros días de noviembre, que es la feria del mundo árabe más importante que se lleva a cabo; la semana antepasada ellos acaban de confirmar que sí la realizarán, ese es otro indicador para nosotros.

¿Será una feria más cara por las sedes y las medidas sanitarias?

En términos absolutos no va a costar más, va a costar casi lo mismo que en años pasado,s entre 120 y 125 millones de pesos, y los ingresos año con año los veníamos teniendo de un 5% al 10% por arriba de los gastos; lo que no vamos a tener ahora son los ingresos del año pasado porque vamos a subsidiar a las editoriales, les vamos a hacer un descuento del 30% y en lo que corresponde al programa académico y literario creo que el costo se va a elevar un poco más por las medidas de reforzamiento tecnológico que tendremos que llevar a cabo.

¿Conviene hacer una feria que saben que tendrá un déficit?

La feria es totalmente autofinanciable, lo es desde su quinta o sexta edición, hace casi 28 años; la mayoría de los años genera excedentes que se canalizan en programas de fomento a la literatura y la lectura, pero este año por la situación sui géneris estamos conscientes de que nos vamos a ir a pérdidas porque estamos ofreciendo a las editoriales que asistan con un 30% de descuento y es una cantidad muy fuerte.

¿Será negocio para los editores?

Creemos que sería peor no realizar la Feria, pues al menos si se celebra los editores tendrán ventas para cerrar el año. Lo que estamos haciendo es impulsar que las bibliotecas universitarias hagan sus compras en la FIL; por ejemplo, la red de bibliotecas universitarias de Guadalajara compra 50% de sus catálogos en la Fil, ahora harán el 100%. Además estamos invitando a otras universidades de Centro-Occidente de la ANUIES a que hagan lo mismo, también a los bibliotecarios de Estados Unidos, y de las bibliotecas públicas del Estado.

¿Dejarán de hacer un trabajo fuera del periodo de feria?

Con los excedentes organizamos una serie de programas que han ido creciendo, como Ecos de la FIL; bueno, este año no será posible porque de por sí vamos a tener déficit. Hay años de vacas gordas y años de vacas flacas, de alguna manera los últimos años la Feria financieramente se venía realizando con muy buenos resultados, este año no será así.

¿Supondrá gastos mayores?

Nuestro ingreso no va a ser similar al del año pasado; el programa cultural de la FIL venía contando con un apoyo del gobierno federal, de apenas 3%, 4% de lo que nos cuesta hacer la feria, lamentablemente este año nos anunciaron que no iba a haber ese apoyo y va a ser parte del no ingreso que tendremos en esta ocasión, pero que esperamos resarcirlo en los próximos años.

El año pasado fue muy duro en sus críticas a los recortes a la cultura y a la educación en este gobierno, ¿sigue siendo crítico?

Lo puedo resumir en pocas palabras: mi mayor crítica a esta administración de la 4T es la ausencia de políticas culturales, el desmantelamiento de los espacios, de los proyectos y de los programas culturales valiosos; la ausencia de políticas culturales. Pareciera que la política es desmantelar, eso es lo que se ha venido haciendo gradualmente.

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