La relación de la naturaleza con la escritura y la filosofía es un tema que ha explorado en su obra literaria. Para el español, la escritura guarda una relación cercana con la intimidad del ser humano, la cual puede reflejarse en la concepción y creación de jardines para habitar, para pensar y para crear.

Santiago Beruete, quien nos presenta ahora "" (Editorial Turner, 2023), explica en entrevista con su cercanía con el jardín y con las plantas y la relación que esto guarda con su escritura.

“El jardín es el símbolo central de mis entregas, que finalizan con Un trozo de tierra; el jardín es una metáfora visual de la buena vida y también un símbolo de una mente cultivada. Por eso estos libros son fruto de una ‘polinización cruzada’, encontrarás literatura, jardinería, botánica, filosofía, educación”, expresó el escritor, en entrevista remota desde Berlín.

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Beruete reveló que el jardín, como concepto y objeto, estuvo presente en su vida desde pequeño. “Me ha acompañado desde mi infancia más remota, yo me crié con mi abuela en un jardín familiar, mi abuela era una jardinera, la recuerdo plantando lechugas, tomates, rosas, lilas y otras plantas, recuerdo ese jardín como un paraíso, me crié en el jardín”, expresó.

El escritor detalló que fue a partir de una crisis personal que comenzó a usar el jardín como un elemento literario en su obra. “Como les ocurre a los protagonistas de estas nuevas historias, me encontré ante una situación muy difícil de gestionar y regresé, de manera inconsciente, a algo que tuviera el poder de restauración, fue por eso que comencé a cultivar un jardín y luego a escribir de ello”, contó.

Ante la pregunta de qué es lo opuesto a la idea de jardín, Beruete respondió, sin dudar, que la guerra es el antónimo de la abundancia. “¿Qué puede ser el no jardín? Te diría dos cosas, el jardín nace en sociedades, en el desierto incluso, es justo en el desierto donde el jardín obtiene ese simbolismo de riqueza, pero me gusta pensar que el antónimo del jardín es la guerra, porque ahí muere la vida”, afirmó.

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Y señaló la actual guerra de Ucrania como un ejemplo que ilustra los lugares donde los jardines mueren. “Ahora que estamos aquí en Europa con la sombra de la guerra entre Rusia y Ucrania, se me ocurre que el símbolo de paz que podemos asociar es el jardín porque es noble, resuena en la cabeza de todos nosotros, el jardín está en la civilización, incluso estamos en su búsqueda todo el tiempo”, expresó Beruete.

El escritor afirmó que los seres humanos tenemos una necesidad de estar inmersos en la naturaleza. “El jardín es un lugar utópico donde, por excelencia, existe la belleza y la felicidad; por eso, quizás, no es extraño, como describo en mis historias, que el jardín es un lugar de restauración y de reencuentro con la propia naturaleza, tiene un poder terapéutico desde sus orígenes”, explicó.

Beruete concluyó que, al igual que los jardines, los seres humanos nos cultivamos y al hacerlo, damos paso a la vida y a la prosperidad. “El jardín es un escenario de cuidado y belleza, elementos esenciales para la vida del ser humano, debemos cuidar nuestro rincón de tierra, al hacerlo, mejoramos nuestra vida, algo que puedes ver en estos nuevos cuentos de mi libro”.

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