#LaVozDeLosExpertos

Son pocas las ocasiones en las que me siento a escribir sobre un producto en el que estuve involucrado y dejé casi todas mis emociones y pensamientos. A principios de esta década se presentaba una propuesta (que fracasó y que incluso mostró debilidades que no esperábamos -en especial yo- que Google pudiera tener): Google+ . Claro que Facebook es la compañía de las conexiones sociales, y es tan grande que su peso para polarizar a la sociedad se ha vuelto incontrolable.

“...strings are one of the most fundamental concepts of programming to be familiar with.” @taniarascia

Esta semana leímos sobre la falla en el código de Google+ que ofrecía acceso a desarrolladores a datos que, dentro de la estructura de poder controlar todo lo que quieras compartir, podrían estar bloqueados (ninguno altamente sensible, menos para sociedades latinas).

En tecnología de consumo como en política, o casi cualquier sector cercano a la posibilidad de hacer noticias que generen alto tráfico utilizando un fracaso como carnada, la oportunidad no se iba a desperdiciar. Para Google tal vez fue bueno que esto se diera a conocer antes de que presentaran sus nuevos dispositivos centrados en su asistente de voz.

El ciclo de noticias de Google+ duró casi lo mismo que la plataforma. Un día de chistes sobre el fracaso y a seguir con la vida. Pero vienen dos cosas con esto: la lamentable realidad de informarnos con resentimiento detrás y falta de autocrítica por delante. Tal vez en ese sentido los círculos de Google+, complejos de entender, no eran una mala solución.

Hay actividades a las que vas y, aunque todo tiene un análisis social, tu pasado y presente poco importan: lo que importa es la acción. “Lo mejor de la gente sale a relucir en momentos de crisis”, y probablemente tenga su grado de verdad, pero también es el momento en el que no te voltean a ver y no volteas a ver a los demás pensando quién será más fregón.

Clubes sociales tan de nicho como la filatelia o las reuniones de aficionados a los autos tienen algo primario por lo que se juntan; y algo secundario: el que se pueden dar gustos porque tienen dinero. Pero seguramente el que tiene dinero envidia al que lo sabe organizar mejor, y así. Los círculos fueron una gran idea pero, como todos los grupos que tienen un grado elitista, era cuestionable su implementación en un mundo donde alguien nos resolvió nuestros enlaces sociales .

Me preocupa que Facebook tenga que pagar desplegados para explicar la manera de no hacer que la paparrucha se vuelva viral por todos los grupos que nos atormentan de modo cotidiano. Además, ahora van a vanagloriar a la empresa por lograr monetizar el chat que compró por tantos millones. Ahí el fondo, la justificación de todo, que una plataforma use su base de usuarios para hacer dinero. No importa el sentido, no importa la poética o el valor social que traiga, tiene que traer esos morlacos. Lo que pocos entendieron de Google+ es que trajo mucho más que morlacos, que son totalmente sacrificables, puesto que su principal función ya se logró: unificar todas las cuentas que tenía un usuario en una sola cadena de información . En informática: string .

De menos, a cambio de eso, nos dejaban organizar mejor la manera en la que compartíamos y nos informábamos; dejando a un lado ese horrible #ruidoblanco convertido en #contaminaciónsocial al que nos hemos acostumbrado, como lo hemos hecho con la pésima calidad de aire que respiramos.

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