“El dinero no es nada, pero mucho dinero, eso es ya otra cosa”

George Bernard Shaw

Datos oficiales del gobierno revelan una cifra récord en materia de combate al lavado de dinero: de enero a la fecha, se han bloqueado recursos a particulares por $3,294,657,594 pesos, además de $36,219,273 dólares.

Existen 32 denuncias presentadas por delitos financieros relacionados con delincuencia organizada, por las mismas que se han bloqueado los recursos en cuentas bancarias de 130 personas directamente involucradas y de otras 305 que tuvieron una relación financiera con los principales sospechosos.

Hay una diferencia brutal en comparación a los anteriores gobiernos, las cuentas bloqueadas corresponden a denuncias por delitos gravísimos, como el narco, la trata, el huachicol o la corrupción, por citar algunos.

El Estado mexicano no había utilizado estas herramientas en el pasado salvo para acusaciones políticas o francos chantajes y extorsiones, los recursos de la delincuencia fluían sin preocupación.

Entendamos un principio fundamental del crimen organizado, los delitos cometidos, por más aberrantes que nos parezcan, tienen un fin claro: generar ganancias.

Se mata entre narcos, por ejemplo, para mandar un mensaje, para ajustar cuentas, por una sociopatía, por desprecio a la ley, sí, pero sobre todo para un objetivo mayor, ganar más que el otro cártel, apoderarse de nuevos mercados... Se mata por dinero.

Cuando se congelan las cuentas del dinero sucio, se manda un fortísimo mensaje a los criminales: no solamente puedes terminar en la cárcel, también vas a terminar pobre.

Las poderosas mafias mexicanas, algunas de ellas entre las más peligrosas del planeta, han crecido al amparo de autoridades, sin embargo han crecido mucho más al amparo de la impunidad que gozan sus fortunas.

Más allá de la Guardia Nacional y del combate frontal y de campo a la delincuencia organizada, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, responsable de estas investigaciones, tiene un papel fundamental en el cambio de paradigma de la justicia mexicana.

Desincentivar, detener y recuperar bienes a favor del Estado, no es descubrir el hilo negro, solo aplicar la fórmula que siempre estuvo ahí y nunca se quiso usar.

Bien haría la Cuarta Transformación en cuidar a los hombres y mujeres que requieren, hoy más que nunca, de una gran calidad moral y credibilidad… Las batallas se eligen, hay que saber usar a los guerreros idóneos en cada una. Si la estrategia de combatir el lavado funciona para disminuir sustancialmente la violencia, como ha probado funcionar en el mundo, al gobierno del presidente López Obrador le sobraría popularidad por acciones concretas, no por símbolos. De esa popularidad que no tuvo ni Obama.

De Colofón.- La secretaria María Luisa Albores podría incurrir en desacato por el tema de las estancias infantiles. Salvo contadas excepciones, eso de la legalidad y el derecho no se les da bien en la 4T.

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