La escudería italiana llega a la temporada 2019 de la Fórmula Uno con una larga sequía de títulos (los últimos en el campeonato de constructores y de pilotos fueron en 2008 y 2007, respectivamente). Teniendo el mejor coche las últimas dos temporadas, los errores —tanto d e Sebatian Vettel , como de la gestión deportiva del equipo— le han puesto la mesa a Mercedes.

El guión de Ferrari ha sido prácticamente el mismo en las últimas campañas: pretemporada con los mejores tiempos, una primera mitad del campeonato ganadora, pero cayéndose estrepitosamente en la segunda parte, errores de manejo y pérdida de temple de Vettel; pifias en la estrategia de carreras por parte del entonces director de la escudería Mauricio Arrivabene (despedido el año pasado) y lentitud de la fábrica en Maranello para reaccionar a las necesidades del auto.

Y es que Mercedes les ha comido el mandado completo. Por un lado, Lewis Hamilton demostrando ser el piloto más rápido del Gran Circo en la última década, rompiendo récords en cada carrera; una gestión deportiva brillante por parte de su jefe de equipo, Totto Wolf, y —por otro lado— el compromiso de la marca de los tres picos en desarrollar un motor y auto imbatibles. No por nada, Ferrari no ha podido coronarse en la etapa de motorizaciones híbridas de la máxima categoría.

Sebastian Vettel tiene una gran deuda con Ferrari. Llegó para la temporada 2015, procedente de Red Bull, con cuatro coronas bajo el brazo. Arribó con la promesa ganadora de un Michael Schumacher : piloto alemán multicampeón que traería los títulos perdidos. Fue el reemplazo del asturiano Fernando Alonso, quien —después de cinco años vestido de rojo— nunca tuvo un auto a la altura de su manejo. Quizá hoy es el caso contrario. Al bólido Ferrari le ha faltado quien rubrique su valor, pero en defensa de Vettel, la dirección deportiva del equipo nunca lo ha ayudado lo suficiente. El bochornoso incidente del germano golpeando el auto de Hamilton en 2017 desnudó al equipo desde entonces: impotente ante el dominio de Mercedes.

Ferrari tiene hoy también una nueva promesa: el monegasco Charles Leclerc , miembro de su academia de pilotos desde 2016 y a quien ubicó ese mismo año como volante de desarrollo en el equipo Hass y después como titular en Sauber, que lo catapultó a ser el reemplazo del finlandés Kimi Raikkonen. La escudería italiana ha dejado saber, en voz de Vettel, cómo será la relación con su nuevo compañero: “El equipo ha sido claro, Leclerc y yo somos libres de luchar”.

Ojalá que para bien del campeonato y la misma Fórmula Uno , que Vettel tenga el carácter en 2019 para echarse al equipo a hombros y sostenerse en la lucha por los títulos, y —junto con la nueva gestión deportiva de Mattia Binotto — traiga mejores tiempos para el equipo italiano. Lewis Hamilton está llamado a romper la marca de siete títulos de S chumacher; solamente Ferrari y Sebastian Vettel pueden interponerse, y es ahora.

@jgarciacontacto

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