En la madrugada del domingo 3 de febrero, Brayan Mauricio Miranda, El Pozoles, llegó a la que sería su última fiesta, en un bar situado en la calle Bosques de Continentes, en Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México.

Según el día de la semana, el lugar ofrece a sus clientes botellas de whisky al dos por uno y “botellas gratis para grupos de seis niñas”. Hay jueves de mojitos, miércoles de “peceras”, noches “de perreo sucio”.

Desde hacía varios meses el bar se había convertido en uno de los favoritos de La Unión Tepito. Los miembros del grupo delictivo suelen sentirse atraídos por el reggaetón y por algunos de los grupos que se presentan en aquel sitio: El Kartel del Mambo y Uzielito Mx, entre otros.

Cada ocho o cada quince días, grupos de 25 a 30 personas arribaban en autos y motocicletas. Algunos ingresaban en el lugar y otros permanecían afuera en actitud vigilante. Las cámaras de vigilancia de la zona registraron estos movimientos.

Desde hacía varios meses agentes de la División de Investigación de la Policía Federal seguían en aquellos rumbos el rastro de Brayan Mauricio.

La identidad del operador y sicario de la Unión Tepito se había revelado tras el asesinato de dos escorts sudamericanas vinculadas con la página Zona Divas. Una de ellas, la argentina Karen Aillen Grodziniski, fue hallada en un hotel de avenida Revolución, en la Ciudad de México. La otra, la venezolana Kenni Finol, apareció en el rumbo de Ecatepec, con huellas brutales de tortura y el rostro deshecho con ácido.

En un video dado a conocer por la periodista Ana Flores en EL UNIVERSAL, y que Kenni Finol grabó poco antes de morir, se revelaba que El Pozoles era el asesino de la escort argentina; y se revelaba que también la joven venezolana había sido amenazada de muerte.

“Es un diablo”, decía Kenni Finol, quien denunciaba que había visto a Brayan Mauricio “matar por hobby”.

Cuando esto se supo, El Pozoles huyó del barrio de la Santísima, en el Centro Histórico, y se refugió en las vecindades que la Unión Tepito posee en la colonia Guerrero. Un año después de la aparición del video, la Policía Federal lo ubicó en Aragón.

Trabajos de inteligencia determinaron que Brayan Mauricio acudía cada ocho días al bar ubicado en Bosques de Continentes. Llegaba invariablemente de madrugada, acompañado por un fuerte dispositivo. Las investigaciones de la Policía Federal arrojaron que este dispositivo era montado por el representante de la Unión Tepito (extorsión, cobro de piso y narcomenudeo) en Ciudad Nezahualcóyotl, un sujeto conocido como El Güero Pimentel.

A través de imágenes extraídas de las cámaras de vigilancia, y proporcionadas a la PF por autoridades del Edomex, los investigadores determinaron los movimientos de llegada y salida del Pozoles. Al abandonar el bar se iba desprendiendo gradualmente de sus escoltas: el último tramo de su recorrido lo hacía completamente solo, sin armas y con una identificación falsa.

Era una una manera de evitar que sus propios cómplices conocieran su ubicación “y pudieran venderlo o traicionarlo”.

El domingo pasado, al salir del bar, se dirigió a Ecatepec en un Bora de color blanco. Manejaba a más de 110 kilómetros por hora. Lo acompañaba una joven: “Su novia venezolana”.

Los agentes esperaron a que se desprendiera de sus últimos escoltas. Esto evitó la posibilidad de un tiroteo. En Avenida Central, una patrulla de la PF embistió el auto de Brayan Mauricio por el lado derecho. Según uno de los agentes, antes de hacerlo vieron que iba maltratando a la muchacha: “Tenían un pleito y forcejeaban”.

Eran cerca de las seis de la mañana. Dentro del auto había un centenar de bolsas de “crystal”.

La imagen publicada en esta columna corresponde al momento de la detención.

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