Para muchos, las declaraciones de Guillermo Ochoa fueron atinadas y con mucho liderazgo, pero para otros, podrían sonar a excusa por lo realizado por sus compañeros.

No se vale que sólo se culpe a los directivos por no poner a un estratega al frente del Tricolor. Aquí el problema es la falta de compromiso de la mayoría de los futbolistas, porque —en su desempeño— el técnico o los directivos no tienen forma de influir.

Hoy, la gran mayoría de los jugadores se han vuelto divas y han dejado de disfrutar los llamados al representativo nacional. El miedo con el que muchos iban a disputar los balones, o la falta de compromiso que mostraban, nos habla del poco interés que tiene para ellos venir.

Dejemos de engañarnos, porque aún cuando ya se tenga a un nuevo director técnico y se busque mantener la continuidad en los llamados, van a seguir pasando este tipo de cosas. Los jugadores que militan en los clubes europeos, cada que hay fechas FIFA , buscan algún pretexto para no venir y cada vez son menos los que levantan la mano para formar parte del equipo.

Lo que sí hay que aplaudir de Ochoa es que, en cada una de las convocatorias en las que aparece, da el 100%, sin importar en qué lugar se realice el partido, y eso es lo mínimo que tendrían que hacer sus compañeros; algunos con filosofía barata o insultos para los que no estamos de acuerdo con lo que hacen.

Ya es momento de que se tome con mayor seriedad cada uno de los llamados y que el director técnico dé continuidad al proceso que se ha iniciado, además de llevar a la Selección a los que en mejor momento estén y no a los que más le gusten a los patrocinadores, porque sólo así mejorará el nivel.

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