Sí, murió. Nadie midió el lamentable y vergonzoso proceso que están viviendo por cambiar de pasto, por hacer trabajos innecesarios a la que fue una de las mejores canchas de este país, vaya del mundo.

Pero no solamente es el maltratado campo de juego, antes de eso se empeñaron en remodelar un estadio que era impactante para cualquiera, y hoy, esos “parches” se ven terribles, perdió toda su esencia, su magia y hasta su historia.

Más al estilo de un edificio, el Estadio Azteca ya no funciona , es un obsoleto inmueble que en vez de remodelarse se debió derribar y levantar un estadio moderno y funcional, con espacios adecuados para estacionamiento, restaurantes, tiendas y butacas cómodas y modernas. Empeñarse a que sea tan grande, pero tan poco funcional, es una terquedad.

El  cambio de pasto fue la gota que derramó el vaso

en sus maravillosos planes de renovación. Un día antes del inicio del torneo se les ocurrió instalar el pasto híbrido, compuesto por 94% del total con pasto artificial. Explican los que saben que la implantación se realiza de manera mecanizada por cada dos centímetros y una profundidad de entre 15 y 18 centímetros, insertando fibras de pasto artificial con el objetivo de que las raíces del césped natural crezcan alrededor de las fibras artificiales.

Una explicación técnica que no representa el muladar que hoy es ese campo. Contrataron a una empresa de Costa Rica para hacer el cambio, Turf Managers Special , que no asignó al directivo adecuado para la colocación del césped como documentó en estas páginas Daniel Blumrosen, el 15 de agosto pasado. Es decir, una serie de pillos que vendieron espejitos.

Sumándole a que es un escenario multifuncional que además del América y el Cruz Azul tiene constante actividad, algo que ya se sabía cuándo decidieron el cambio. La cancha está cada vez peor. Se han encaprichado en que debe quedarse con el pasto nuevo, con este híbrido que es una asquerosidad. Trascendió que había sido la NFL la que ordenó el cambio, ¡mentira! por eso tampoco se entiende que no quiten esa porquería y vuelvan a plantar el pasto que por más de 50 años se presumió como uno de los mejores del planeta. El “mejor” estadio de México tiene imperfecciones por todos lados.

Estacionamiento insuficiente y secuestrado por el “viene-viene” al que si no les das dinero, o te raya el auto o te lo deja encerrado; venta de piratería en su explanada. No dejan entrar agua o leche en biberones, pero en algunas partes de la tribuna queman mariguana; para poder ir al baño debes pagar por el papel. Si está ocupado tu asiento por quien no debe estar ahí, la policía te dice que te sientes en otro lado; una larga lista de hechos desagradables que hace de la visita una mala experiencia. Cuando entras al estadio de Santos, de Chivas o de Rayados, no puedes entender que el máximo escenario de nuestro futbol esté tan obsoleto.

Hoy los Rayados de Monterrey deben estar pitorreándose de la risa cuando escuchan que el Azteca es el mejor del país. Sé que la historia de este inmueble puede amarrar una decisión para no tirarlo. Pero una buena idea sería hacer lo mismo que en Meadowlands en Nueva Jersey, donde tiraron el viejo Giants Stadium y en el mismo estacionamiento levantaron el MetLife, una de las construcciones más espectaculares del mundo. No es solamente el pasto híbrido el problema, es realmente que el Estadio Azteca ya se murió y nadie les avisó.

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